Cristina volvió de Cuba y no se explayó sobre la enfermedad de su hija Florencia a la que fue a visitar. Esa dolencia, según se ha asegurado desde su entorno, le impide a la "cineasta"  regresar desde el Caribe a la Argentina para ponerse a disposición de la Justicia.

Florencia (30) es investigada por los famosos seis millones de dólares que le hallaron en una caja de seguridad y por su participación accionaria en los hoteles fantasma de la familia Kirchner a través de los cuales Lázaro Báez habría lavado plata.

Perdón por la digresión, lector, pero ¿no le da cosa cuando la presentan a Florencia portando la chapa de "cineasta" profesión que enaltecieron desde los Lumière hasta Spielberg y Leonardo Favio?

Es como cuando a Agustina Kämpfer, ex mujer del atorrante Amado Boudou y ex segunda dama de la Argentina. la presentan como "la periodista", siendo que en realidad es una audaz arribista a la que hasta el mote de "panelista de TV" le queda grande.

Seduciendo al capital

Cristina no debe haber regresado del Caribe muy influenciada de las ideas políticas comunistas que imperan aún en la tierra de Fidel Castro porque su frase más explosiva al hablar con sus seguidores argentinos fue: "No me jodan, conmigo había capitalismo".

La ex presidenta dice cosas así cuando está en esos rituales de cofrades donde nadie la contradice. En cambio se cuida mucho de decir tales cosas ante periodistas, que podrían repreguntarle o acercarle datos que la pondrían en apuros. Para esas cosas, como pelearse con la prensa, está el pibe Alberto Fernández.

La líder del kirchnerismo se bajó del avión y siguió presentando en todo el país su libro Sinceramente, que es un éxito de ventas. El periplo lo reinició esta vez en territorio propio, Santa Cruz. Allí fue donde afirmó que el actual gobierno nacional aplica "un mal capitalismo", lo contrario, remarcó, a lo que ella hizo en sus mandatos.

Dicen los que saben, que fue otro intento de olvidar enfrentamientos con el mundo empresario y de hacer como que ahora ella no conoce a Nicolás Maduro y sus locuras políticas en Venezuela.

Ese tonito inigualable

Con ese tono entre canchero y reo que le sale tan bien, y no como Macri que debe impostar "el barrio" cuando la quiere copiar, Cristina dijo que los gobiernos de ella eran "mucho más capitalistas"que el de  "ese tipo", según define a Macri para no nombrarlo por su apellido.

"Conmigo, en la Argentina había capitalismo y la gente se podía comprar lo que quisiera. Que no me jodan más con lo del capitalismo. ¡Por favor! Conmigo había capitalismo", reiteró llenándose la boca de una palabra que en su gobierno fue sinónimo de salvajismo y de neoliberalismo brutal.

Como si fuera una didáctica propaladora de las bondades liberales, nos explicó que "los buenos capitalistas quieren que la gente gane bien y tenga trabajo, porque si no, ¿quién corno compra las cosas de ellos?".

Dígame, lector, si alguien en la política argentina podría usar esas palabras de la calle con la gracia que ella las escupe. ¡Para eso, no existís Macri!

Sigamos escuchándola: "Estos se dicen capitalistas y no te podés comprar nada, no podés viajar, no te podés comprar ropa ni ir al supermercado. Yo soy mucho más capitalista que ellos. ¡Conmigo sí había capitalismo, por favor!"

Dime de lo que presumes...

Cuesta escucharla sin recordar todas las veces que en sus dos administraciones trató de no respetar algunas de las esencias del capitalismo. En la práctica Cristina negó ese sistema todas las veces que pudo, ridiculizó al mercado, prohibió las estadísticas económicas, introdujo cepos cambiarios, puso el manejo de aspectos esenciales de la economía en manos de un fantoche facistoide como Guillermo Moreno.

Lo que sí practicó fue un burdo "capitalismo de amigos" compuesto por  ese listado de empresarios que ahora están bajo acusación judicial y procesados por haber pagado coimas a funcionarios del gobierno de Cristina a fin de que le entregaran la realización de obras públicas.

Las perlas

En octubre de 2016, cuando Macri  aún no cumplía un año de gobierno, la Universidad de Quilmes, filokirchnerista, la nombró a Cristina doctora Honoris Causa. Allí ella dijo la frase tan peronista que a continuación se transcribe. Nótese el invalorable ímpetu en acomodar la realidad según corran los vientos:

"Cuando éramos jóvenes y cantábamos Perón, Evita, la patria socialista nos dijeron zurdos, marxistas y casi nos matan a todos a tiros. Ahora que nos convencimos todos de que el capitalismo es bueno, que queremos que todos consuman y entonces instalamos un proyecto de demanda agregada para fortalecer el mercado interno y el consumo popular, entonces, nos dicen demagógicos y populistas. La verdad que no pegamos una".

¿En este contexto cómo vamos a exigirle coherencia al presidenciable Alberto Fernández, quien hasta hace poco tiempo vertía pestes sobre la trayectoria de Cristina y ahora es alegremente su candidato?