Historias del crimen

Una docente fue condenada a prisión perpetua por el crimen de una alumna de 7 años

La profesora recibió la máxima pena por el aberrante crimen ocurrido a principios de año

En la aparente tranquilidad de una escuela primaria en Corea del Sur, se desató un crimen que conmovió a toda la nación y que ahora derivó en una dura condena contra una docente.

El 10 de febrero de 2025, Kim Ha-neul, una niña de apenas 7 años se convirtió en la víctima de un acto de violencia inimaginable dentro de las paredes que deberían haber sido su refugio más seguro.

La responsable, su propia maestra, Myeong Jae-wan (48) apuñaló mortalmente a la pequeña en un salón de audiovisuales, en un crimen que expuso las grietas profundas en el sistema educativo.

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La docente cometió el crimen en la propia escuela.

La docente cometió el crimen en la propia escuela.

El crimen de la docente

La jornada escolar de Kim Ha-neul parecía como cualquier otra. Pero alrededor de las 18 no se subió al micro escolar que la llevaría a casa, lo que alertó inmediatamente a las autoridades.

Una búsqueda frenética comenzó en el edificio de la escuela: docentes, personal administrativo y policías de Corea del Sur peinaron los pasillos y aulas. Fue en una habitación audiovisual donde hallaron el horror: la niña yacía en un charco de sangre, con múltiples heridas de arma blanca en el cuello y el rostro.

Junto a ella, la docente Myeong Jae-wan, herida superficialmente en sus propias manos, como si hubiera intentado simular un ataque suicida.

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La despedida de la víctima del crimen fue conmovedora.

La despedida de la víctima del crimen fue conmovedora.

La condena contra la docente que cometió el crimen

La detención de la docente fue inmediata y su confesión, escalofriante. Ante los interrogadores, la mujer admitió haber comprado un cuchillo esa misma mañana, con la intención explícita de acabar con su vida y la de un "niño al azar" como sacrificio simbólico.

Según su declaración, el crimen no tenía motivación personal contra la víctima fatal sino que era un arrebato impulsado por un torbellino emocional. La docente atravesaba una crisis profunda por peleas con su pareja, remordimientos por haber regresado al trabajo tras una licencia por maternidad y una creciente frustración con sus responsabilidades académicas.

El juicio se extendió desde marzo hasta octubre de 2025. La familia de la niña exigió la pena de muerte. Pero el lunes pasado la condenaron por el crimen a una pena de prisión perpetua, sin posibilidad de libertad condicional inmediata.

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