Conmoción, tristeza, dolor y escenas de llanto se vivieron esta mañana en el sepelio del auxiliar de la Policía Jose María Muñoz (25) que murió el miércoles ahogado en el canal San Martín junto a su compañera Claudia Otondo (24).
El cortejo partió de la casa velatoria, pasadas las 10, con rumbo al Cementerio Central: Unas 16 motos junto a 5 policías a caballo escoltaron el féretro que fue embanderado y llevaba en la parte superior la gorra oficial del policía.
Sus compañeros de la Comisaría 11 de Luján de Cuyo y del instituto superior de formación portaron el ataúd hasta el panteón donde fue depositado. Allí al ritmo acompasado de la banda de la Policía el capellán de la Fuerza, José Antonio Álvarez reconfortó el espíritu de los presentes y pidió una oración en memoria del caído en cumplimiento del deber.
Junto a los principales jefes policiales, estaban su esposa embarazada de 6 meses, Lucía Luzuriaga, su pequeña hija de 2 años, los padres y el resto de la familia y amigos que lo acompañaron durante toda la vida.
En la despedida, uno de sus compañeros, frente al cajón, dijo en voz alta que "nunca te vamos a olvidar, fuiste un gran amigo". También, con lágrimas en los ojos, se dirigió a la esposa de Muñoz y le expresó sus condolencias y le manifestó " el apoyo de todos los policías en este momento de inmenso dolor".
Luego fue el jefe de la Distrital, Carlos Mugneco, quien disculpó al ministro de seguridad Carlos Aranda por no asistir a los funerales y con voz quebrada, por la emoción, mencionó que "conocía a José María y tengo trato con su familia, lo que pasó me duele muchísimo".
En este contexto, los disparos de balas de salva cerraron una mañana conmovedora para la familia policial y la sociedad que despidió con bocinazos y aplausos el cuerpo de Muñoz.