José Molina Morales (39) mató a golpes a su pareja, Mayra Bueno (25); a su suegra, Mónica Outeda (51), y al hijo de su pareja, Lautaro Vega (7), trató de tapar el crimen y se suicidó

Triple crimen: los antecedentes que tenía el asesino

Por UNO

Es la una de la mañana. Los vecinos sienten gritos. Parece una discusión de pareja, pero en la que una de las voces, la de un hombre, es la que más fuerte se escucha. Son casi las 4 y media de la madrugada. Ya no hay gritos, pero sí se siente el humo y el chirrido del fuego. En la casa donde antes había voces ahora hay fuego. Los vecinos llaman al 911. Hay tres personas muertas, entre ellas un niño de 7 años. Los policías llegan. No los mató el fuego, los mataron a golpes y las llamas fueron un torpe intento de tapar una masacre.La historia en Mendoza parecía repetirse como aquel triple homicidio de una mañana de octubre de 2016 en la que asesinaron a tres mujeres. Esta vez fueron dos femicidios y un homicidio los que despertaron a los vecinos del letargo del feriado del fin de semana largo y cambiaron la alegría del Carnaval por el luto de un triple homicidio. Mayra Bueno, de 25 años; Mónica Outeda, de 51, y Lautaro Vega, de 7 años, hijo de Mayra y nieto de Mónica, fueron brutalmente asesinados a golpes en su casa de calle Barcelona al 100, del barrio Escorihuela, de Guaymallén. El asesino era la pareja de Mayra desde hace cuatro meses. Mató a todos a golpes, con la ayuda de algún tipo de elemento contundente.José Patricio Molina Morales, de 39 años, se hacía llamar para los vecinos y para Mayra, José Giménez. Ocultaba un pasado violento en el que tenía denuncias por amenazas contra su ex mujer y antecedentes por robo y hurto.El asesino conducía, según le relataron los vecinos a la policía, un Chevrolet Astra que usaba como remís y fue en varios de esos viajes cuando se conocieron con Mayra e iniciaron una relación con convivencia incluida, desde hace unos cuatro meses.Del incendio al suicidioSegún relató la fiscal de Homicidios Claudia Ríos, a cargo de la causa, una vez que llegaron al lugar tras el llamado por el incendio, se encontraron con las tres personas muertas. "Tenían varias lesiones, el menor de 7 años tenía lesiones en el cuello como si lo hubiesen querido ahorcar, la persona mayor tenía golpes en el rostro", relató la fiscal sobre la violencia que Morales ejerció sobre las víctimas. Esa lesión que tenía Outeda fue la que le habría causado la muerte de acuerdo con los informes de la necropsia.Luego de cometer el crimen, el asesino fue a la casa de su ex pareja y le dijo, textualmente, que "se había mandado una cagada y había matado a tres personas" y la amenazó de que a ella también le haría lo mismo si hablaba. Ambos se mantuvieron en contacto por chats de WhatsApp y él le dijo que se iba a quitar la vida. Más tarde, a la ex esposa le llegó otro chat, de otro número, que era el de la hermana del asesino avisándole que se había querido ahorcar. "Como uno de los hermanos se había presentado espontáneamente en la oficina fiscal, le solicitamos colaboración para que nos lleve lugar del domicilio de su hermana que era en Colonia Bombal. Cuando llegamos al lugar los vecinos lo habían dejado en el piso y trataban de hacerle reanimación", contó Ríos. Molina fue trasladado al Hospital Central, pero llegó sin vida. Se había suicidado. Con el suicidio y luego de tener los informes forenses de la necropsia, en la causa ya no queda mucho por investigar: no hay responsable vivo a quien imputarle el homicidio para luego llegar a un juicio, por lo cual la causa pasará en los próximos días directamente a ser archivada.El asesino ya tenía denuncias por violenciaA José Patricio Molina Morales (39) varias veces lo habían visto entrar en fiscalías de la provincia por distintos casos, seguramente por eso decidió presentarse frente a su nueva mujer con otro apellido, el de Giménez, para evitar cualquier contacto con su pasado que incluía, ni más ni menos, que amenazas por violencia de género. Los antecedentes eran tan claros que Molina terminó cometiendo dos femicidios y un homicidio.La intención de Molina fue, en un principio, exitosa ya que Mayra Bueno (25) nunca sospechó del pasado de su pareja.Ayer, la fiscal de Homicidios, Claudia Ríos, dijo que el asesino -que terminó suicidándose- tenía un antecedente por violencia de género, amenazas y hurto en perjuicio de la mujer al que fue a anunciarle lo que había hecho, es decir a su ex mujer. La consuegra de Mónica, una de las víctimas de Molina, indicó a radio Nihuil: "Este hombre apareció hace unos meses atrás en la familia como pareja de Mayra. Es una persona muy pedante, de poca personalidad, mal, nos apartamos toda la familia de él, una personalidad horrible".Otros detalles que reveló fue que "hace tres días hubo un problema con Mayra y la madre intervino en querer correrlo. Se ve que hubo violencia, pero hasta lo que yo sabía ayer fueron juntos al Easy y a la noche nos dieron la noticia".