La chica de 12 años que el fin de semana recibió un disparo en la cara en circunstancias que aún se investigan, sigue internada en terapia intensiva con pronóstico reservado tras la operación a la que fue sometida para extraerle el proyectil.

El martes había mostrado una evolución, aunque el cuadro aún no se revierte.

Desde el hospital Schestakow de San Rafael se informó que se le extrajo la munición que ingresó por el pómulo derecho y se alojó del lado izquierdo de la cabeza.

El cuadro clínico es complicado ya que la niña está en coma inducido con asistencia de un respirador y podría tener secuelas neurológicas.

Ella manipulando un arma de su hermano se habría disparado accidentalmente. El dueño del revólver está detenido.

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