Los efectivos intentaban controlar a un hombre y su sobrino, ambos practicantes de “vale todo”, que provocaban disturbios. Terminaron con lesiones de diversas gravedades.

Siete policías heridos en batahola frente a un boliche de Junín

Por UNO

Siete policías de Junín terminaron muy lesionados –uno de ellos con el tabique nasal fracturado, una perforación en un lagrimal y un corte en la cabeza– al intentar detener al hermano de un patovica que en la madrugada del domingo comenzó a provocar destrozos en varios autos, en un boliche de ese departamento. Cuando intentaban reducir al enfurecido hombre, de 35 años y que practica lucha libre, en su defensa se sumó un sobrino de 19 años y ambos provocaron una batahola. Los dos implicados sólo quedaron imputados de lesiones leves dolosas agravadas por tratarse de funcionarios públicos.

Minutos antes de que cerrara sus puertas el boliche Ciudad Este, de Junín, cerca de las 7, el jefe de seguridad del local, Juan Molina, habría detectado que su hermano Javier (35) estaba provocando algunos disturbios y se apresuró a sacarlo del local para evitar males mayores. Al parecer molesto con esto, ya fuera del boliche, ese hombre, que mediría cerca de dos metros y practica el conocido “vale todo en jaulas”, habría comenzado a pelear con otra persona, descargando toda su furia.

En ese momento, dos policías de la Unidad Especial de Patrullaje de Junín se acercaron con el objetivo de separarlos y poner fin a la pelea. Pero, lejos de lograrlo, terminaron enardeciendo más al principal protagonista de la lucha.

“Javier Molina y un sobrino suyo de 19 años, ambos luchadores, han estado incontrolables. Tanto, que cuando se acercó uno de los policías, Vicente Neira (48), el más joven lo tiró contra un auto, estrellándolo contra el parabrisas. Tan enardecido ha estado, que arrancó el limpiaparabrisas de otro vehículo y con él le partió el tabique nasal y le provocó perforación del lagrimal del ojo izquierdo”, contó un familiar de ese policía de la UEP de Junín, quien pidió reservar su identidad por miedo a represalias de los involucrados.

Ese uniformado terminó inconsciente y con un gran corte en la cabeza, en donde luego recibió varios puntos de sutura.

Estando Neira en el piso, uno de los atacantes fue a pisarle la cabeza y en ese segundo apareció el auxiliar Walter Orué, quien estaba de franco y había ido al boliche, que al ver el ataque se sumó para defender a su compañero y recibió tal patada en el tobillo que terminó con traumatismos varios.

Al parecer, en un momento, los uniformados –incluido uno que estaba a cargo del control de alcoholemia– sumaron fuerzas para tratar de controlar a los dos luchadores. Pero, cual si se tratase de una película de acción,  éstos se los sacaban de encima como muñecos. “Los policías han tratado de controlarlos entre dos, pero el mayor de los implicados hasta mordió al auxiliar Miguel Rosales en una rodilla, provocándole una gran herida”,  contó el comisario Luis Coria, jefe de la Departamental de Policía de Junín. Rosales también sufrió un traumatismo cervical y otro en el rostro.

A los cinco policías heridos se sumaron de apoyo dos más de la Comisaría 19, entre ellos una mujer, quien junto a su compañero también resultó herida al ser atacada por familiares de los dos implicados.

Finalmente, entre todos lograron reducir a tío y sobrino y los trasladaron a la Comisaría 19. Más tarde, ambos fueron derivados a la Unidad Fiscal de Rivadavia, que tiene competencia en esa zona.

Allí se los imputó de “lesiones leves agravadas por la condición de funcionarios públicos” y recuperaron la libertad poco después.

La causa quedó en manos de la fiscal Valeria Botini.