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El asesino serial de Brasil que era ritualista.
Los inicios de un asesino serial
Dyonathan Celestrino nació el 5 de enero de 1992. Desde temprana edad, mostró comportamientos inusuales que inquietaban a quienes lo rodeaban. En la escuela acosaba a compañeros, particularmente a estudiantes negros, a quienes insultaba con comentarios racistas.
Su interés por el ocultismo, la necrofília y los asesinos en serie ya era evidente en su adolescencia. Dormía en cementerios y lideraba un pequeño culto de adoradores de Satán, lo que lo aisló aún más de la sociedad.
Dyonathan Celestrino idolatraba a Francisco de Assis Pereira, otro asesino serial brasileño, a quien consideraba un rival. En su habitación, la policía encontraría un póster de ese criminal, evidencia de su obsesión por superar el "récord" de víctimas de su ídolo.
El modus operandi del asesino serial
Entre julio y octubre de 2008, Dyonathan Celestrino ejecutó tres asesinatos con un ritual macabro que le valió su apodo. Sus víctimas eran seleccionadas al azar, pero debían cumplir con su criterio de "impureza".
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El asesino serial de Brasil que era ritualista.
Dyonathan Celestrino, vestido con una capa negra y maquillaje facial para infundir terror, abordaba a sus víctimas en la calle, las amenazaba con un cuchillo y las llevaba a lugares aislados. Las sometía a un interrogatorio sobre su fe en Dios y sus hábitos sexuales, como la edad en que perdieron la virginidad o su orientación sexual. Si las consideraba "impuras", procedía a cometer el crimen, generalmente por asfixia.
El asesino serial manipulaba los cuerpos para que parecieran crucificados: brazos extendidos y piernas cruzadas a la altura de los tobillos. En algunos casos, dejaba mensajes simbólicos, como la palabra "INRI" (Jesús Nazareno, Rey de los Judíos) escrita en el cuerpo o en notas cercanas.
La investigación tomó un giro decisivo tras el último crimen. La policía analizó el perfil de la víctima en Orkut, una red social popular en Brasil en ese entonces, y encontró un comentario perturbador del usuario "Dog Hell 666": “¡Los muertos no reciben scraps, enfermos!”.
Este mensaje, junto con llamadas desde un número desconocido al teléfono condujo al asesino serial. En su casa, las autoridades hallaron objetos personales de las víctimas, un cuchillo, periódicos sobre los crímenes y una lista con nombre.
El asesino serial fue arrestado el 9 de octubre de 2008. Confesó los crímenes sin mostrar remordimiento. Aunque según la ley de Brasil debía ser liberado a los 21 años, su diagnóstico psiquiátrico y comportamiento violento en prisión, incluyendo agresiones a guardias, resultaron en la extensión indefinida de su reclusión. En marzo de 2013, con ayuda de su madre y tía, escapó a Paraguay pero fue recapturado un mes después.