El acusado de la desaparición y muerte de Johana Chacón en 2012 declaró por segunda vez en el juicio y no logró despegarse de las pruebas en su contra.

Mariano Luque: "Jamás lastimaría a Johana"

Por UNO

Mariano Luque, acusado de la desaparición y muerte de Johana Chacón en 2012, declaró por segunda vez en el juicio y no logró despegarse de las pruebas en su contra.

Sostuvo ante el tribunal: "Beatriz dice que yo la maté y la quemé, y eso es mentira. Yo jamás lastimaría a Johana ni a Martín o Sebastián porque para mi eran mis hermanitos".

Insistió que el 4 de septiembre de 2012 él se enteró de la desaparición de Johana cuando volvió de trabajar en el fondo de la finca.

La prueba más contundente en su contra fue el hallazgo de un hueso que, analizado por antropólogos, confirmaron que se trataba de un metatarzo de una persona de entre 11 a 18 años.

El resto óseo fue encontrado en excavaciones que se realizaron dentro de la finca de Luis Curallanca, en la localidad de Tres de Mayo, en Lavalle. Fue cerca de un horno, justo en el lugar que señaló Beatriz Chacón, hermana de la adolescente de 12 años, desaparecida el 4 de septiembre de 2012.

Luque aseguró que en la finca tenían una "mini granja" con perros, chanchos, chivos, vacas, patos, conejos, entre otros, los cuales algunos se enterraban y otros se quemaban, al igual que los huesos que comían los perros, en un cañaveral a unos 30 metros del horno que estaba en el fondo.

Pero el tribunal le recordó que el metatarzo hallado fue al lado del horno que había señalado Beatriz.

La declaración de Beatriz

Relató que Johana regresó a la finca en la siesta del 4 de septiembre de 2012 cuando la dejó el micro de la escuela en el ingreso.

Beatriz estaba embarazada de gemelos, y debía hacer reposo absoluto porque era de alto riesgo.

Tomó un té con Johana, luego la joven fue a la cocina y le pidió que la ayudara con una tarea del colegio.

Cuando Beatriz se levantó encontró a Mariano Luque estrangulando con una soga a Johana.

Luque le dijo: "Yo no me voy a comer la vida en cana por esta pendeja", y le ordenó a Beatriz que volviera a la pieza.

Ella tenía la panza dura y vio cuando Johana se orinó y su cuerpo se aflojó.

Luego detalló que Mariano la cargó en una engarilla, la llevó hasta donde estaba el horno y en unos tachos de 200 litros la prendio fuego. Después enterró los restos.

A los días, se enteró que irían a hacer un allanamiento en la finca, por lo que Mariano sacó los restos de allí y los llevó a otro lugar que no pudo determinar.

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