Verónica Macías Bracamonte tiene 36 años. Su nombre como cantante y artista es conocido desde hace varios años, pero tomó más fuerza desde abril pasado cuando denunció a su entonces pareja, Juan Cacho Garay (68). El expediente ha tenido varias idas y vueltas y hasta siguió con el humorista y una presunta cómplice alojados en la penitenciaría e imputados por delitos de violencia de género y abuso sexual. La prueba piramidal son las múltiples declaraciones que la denunciante ha brindado ante la Justicia y de las que ahora se conocen detalles.
Los obscenos testimonios contra Cacho Garay en el expediente secreto de la causa
El expediente contra Cacho Garay y la empleada legislativa Sandra Astudilo Staffolani (58) ha tenido su partido mediático. Abogados de todas las partes, fiscales y hasta los propios protagonistas han dado sus versiones ante los medios de comunicación. Pero cuando los jueces deben resolver, lo que se analiza es lo que está en las fojas del expediente.
La principal prueba para reconstruir los hechos por parte de la Fiscalía son las declaraciones que ha brindado Verónica Macías a lo largo de estas semanas. Fueron cuatro testimoniales –una quinta quedó frustrada por un inconveniente técnico- donde la artista relató lo que vivió en los últimos doce años al lado de Cacho Garay
La punta del iceberg
El 10 de abril pasado, Verónica Macías se presentó en la Oficina Fiscal 11 de Luján de Cuyo, a pocas cuadras de la casa donde convivía con Cacho Garay. “Estoy amenazada de muerte por parte de mi esposo que tiene armas en toda la casa”, lanzó.
La cantante detalló un hecho vivido cuatro días atrás en Córdoba, cuando estaban realizando una gira y se encontraban alojados en el hotel Eleton de Villa Carlos Paz: “Sufrí un hecho de violencia. Me dijo que me iba a tirar por el balcón”. En esa provincia hay una causa radicada donde Garay todavía no ha sido imputado.
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Verónica Macías también refirió sufrir violencia psicológica económica, a tal punto de no poder utilizar tarjetas de crédito, no poder asistir al gimnasio, no poder manejar vehículos o tener problemas cada vez que quería juntarse con amigas. Todo venía acompañado de amenazas de Cacho Garay quien chapeaba con tener “jueces amigos que me van a sacar”.
Esta primera denuncia derivó en un primer allanamiento donde efectivamente las autoridades encontraron cuatro armas de fuego de antigua data de las cuales dos escopetas estaban aptas para el disparo. Garay fue imputado por la tenencia ilegal de esas armas y por las amenazas a Macías.
Fiestas y abuso sexual
Una semana después de esa primera versión, la mujer amplió su testimonial. Profundizó en varios detalles, como por ejemplo la violencia económica: manifestó que nunca tuvo contratos, un sueldo por su trabajo u obra social. Incluso agregó que el humorista mantenía a otras ex parejas –algo que admitió la defensa de Garay- con dinero de ambos. Allí surgió por primera vez el nombre de Sandra Astudillo en el expediente.
También se refirió a la presunta cobertura judicial del humorista: “Lo he visto almorzar con fiscales. Cuando tenía problemas de multas y cosas así se lo solucionaban en dos minutos”.
Pero lo más importante de esta segunda declaración fueron los detalles sobre los abusos sexuales que sufrió por parte de Garay y Astudillo, que terminarían derivando en la detención de ambos días después. “El me hacía tener relaciones con Sandra Astudillo. Me daban unas pastillas que no sé de qué eran pero me dejaban tranquila”, manifestó.
Según su declaración, Garay solía filmar los encuentros sexuales y utilizaba esos videos como extorsión: “Me decía que los iba a publicar y que él iba a quedar re bien y yo como una puta. Los tiene guardados en una caja de seguridad en el Banco Francés de Luján”. “Al principio yo me negaba a las fiestas sexuales pero él se enojaba y me amenazaba, por lo que yo accedía y luego lo naturalicé”, describió.
Hasta se refirió a la utilización de elementos de tortura como picanas eléctricas. Recordó un caso en Mar del Plata donde fue electrocutada tras no aceptar a realizar una sesión de fotos sexuales.
Más detalles de las agresiones sexuales
Ya promediando el mes de mayo, Verónica Macías amplió en dos ocasiones más su versión. Relató que el primer abuso sexual del que tiene memoria fue en Santiago del Estero, donde estaban realizando una función pero todavía no eran pareja: “Me dejó encerrada dos días en una habitación y me dijo ‘si no vas a estar conmigo quiero que te vayas’”.
La mujer agregó que Cacho Garay decidía qué médico y psicólogo debía ir, para ocultar los hechos. También le recordaba todo el tiempo que la tenía filmada en fiestas sexuales.
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Macías aportó los nombres de otras personas que estaban presentes en las orgías, aunque no las vinculó específicamente a agresiones sexuales contra ella.
También brindó los nombres y teléfonos celulares de un puñado de testigos que pueden ratificar todo lo que ha contado a lo largo del expediente.
Cómo sigue la causa
El viernes 7 de julio, un juez decidió que Cacho Garay y Sandra Astudillo queden alojados en la penitenciaría mientras avanza la investigación, tal como solicitó la fiscal Mónica Fernández Poblet y los abogados querellantes Agustín Magdalena y Cristian Vaira Leyton.
Los abogados de Astudillo presentaron una apelación a esa medida pero deberán esperar a que se realice la audiencia ante un tribunal de segunda instancia tras el receso judicial de invierno, ya que el expediente fue habilitado en la feria pero solamente para que se realice un nuevo registro domiciliario en la casa de Cacho Garay y Macías, ya que la mujer encontró cajas de municiones de armas de fuego.







