Carlos Martínez y Mauricio Valdez fueron asesinados y tirados en un basural, por una deuda de drogas.

Dos sospechosos por el doble crimen narco en Las Heras

Por UNO

Tras el hallazgo de un cuerpo el lunes en la tarde en un basural de Las Heras, se confirmó la sospecha de un doble crimen que responde a un ajuste de cuentas por problemas de drogas. Las víctimas eran cuñados y la investigación tiene a dos sospechosos identificados, con pedido de captura.

La reconstrucción del caso se inició en la noche del 9 de febrero pasado, cuando Mauricio Valdez (26) y su cuñado Carlos Nelson Martínez (24) salieron de la casa en donde vivían para ir en busca de un lechón que luego iban a faenar. Los dos residían en un loteo en El Algarrobal y en las últimas horas de ese viernes partieron en moto hacia la zona de El Borbollón, a un puesto, para conseguir el animal.

A partir de ese momento ocurrieron varias cosas. Entrada la madrugada del sábado, las familias de estas personas radicaron la denuncia de averiguación de paradero por ellos en la Comisaría 14. Ese mismo día recibieron un llamado anónimo en el cual les decían que los dos habían sido asesinados. Con este dato, la policía hizo rastrillajes en El Borbollón, pero sin resultados. Fueron los propios parientes de los jóvenes quienes en la mañana del domingo se lanzaron a la búsqueda, y el padre de Valdez terminó visualizando el cadáver de Martínez en un cauce ubicado en una planta de residuos de la zona.

En el Cuerpo Médico Forense establecieron que la víctima tenía tres heridas de arma de fuego: una en el pecho, otra en la pantorrilla y una cerca de la nuca.

Desde entonces, los pesquisas abocados a la causa empezaron a pensar que Valdez había corrido la misma suerte que su cuñado y que podría estar sin vida en las inmediaciones del basural. Su aparición demoró varios días, lo cual no hacía más que reforzar la hipótesis.

El lugar de los rastrillajes siempre fue el mismo, aunque la vegetación y las condiciones del sitio dificultaban el hallazgo. Hasta que el lunes la policía dio con un cadáver y rápidamente creyeron estar ante el hombre buscado.

El cuerpo encontrado no había sido identificado científicamente hasta ayer, aunque los investigadores no tienen dudas de que se trata de Valdez. Por algunos tatuajes coincidentes, por la vestimenta y por la edad, estiman que es él. Un adelanto de la autopsia informó que tenía heridas de arma de fuego, lo cual señala que fue un homicidio.

Mientras se esperaba dar con la segunda víctima, los detectives avanzaban para determinar el móvil. Como los familiares aseguraron que ambos salieron aquel viernes a buscar un lechón, en los primeros días se ordenó allanar los puestos cercanos. Las medidas terminaron sin detenidos ni hallazgos de importancia. Sólo en uno se detectaron manchas de sangre, aunque se cree que esa sangre puede ser de los animales que matan en esos lugares. Más allá de esto, se empezaba a señalar a algunos sospechosos y eran los propietarios de esos sitios.

Con el paso de los días, el fiscal del caso, Gustavo Pirrello, fue reuniendo testimonios que le permitieron conocer cuál es el conflicto por el que los mataron. Una deuda por drogas habría desatado el ajuste de cuentas.

Al parecer, la noche en la que los cuñados salieron iban con una planta de marihuana que cambiarían por el lechón. Esto fue una trampa que les tendieron los atacantes para encontrarse con ellos y asesinarlos. Los sospechosos son dos puesteros que tienen pedido de captura; el móvil tendría que ver con estupefacientes. Cuentan fuentes judiciales que el apuntado era Martínez y que Valdez "la ligó de arriba".

La forma en la que los mataron y el lugar donde los escondían son indicios claros de un ajuste también. De hecho, Martínez tenía un balazo en la nuca.

Los hombres ultimados no tenían antecedentes vinculados a drogas, pero sus allegados señalaron que tenían problemas con adicciones y que estaban tratando de recuperarse. Los sospechosos hasta anoche no habían sido detenidos.

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