Puebla dice ser la única que vio cuando mataron a José Luis Bolognezi y que pudo reconocer a los autores del crimen. Su declaración es clave para la suerte de los imputados. Hace unas semanas ya había iniciado su declaración, pero por pedido de las partes, se pasó a un cuarto intermedio para que sus dichos y su comportamiento pudiera ser analizado por los cuatro peritos psiquiatras que ya intervinieron en la causa y que analizaron si es una mujer creíble o no. Ayer compareció el neurólogo Daniel Gómez. Se le preguntó especial y únicamente por la salud de Puebla, ya que esta había dicho que su estado era delicado, ya que había sufrido un ACV. El médico dijo que la atendió dos veces, en 2003 y en 2004, y que no pudo certificar signos de ACV, ya que la paciente nunca se hizo los estudios que le pidió. Además, indicó que la mujer tomaba antidepresivos. Luego declararon María del Carmen Barraco y su marido, Juan Carlos Najle. La mujer es sobrina de Puebla y esta había dicho que la madrugada del homicidio había estado con ella. Tanto Barraco como Najle desmintieron a Puebla y, además, dijeron que Puebla los había ido a ver dos veces a la despensa que tienen en El Ramblón y que les pidió que confirmaran sus dichos cuando los citaran a declarar. “Pidió que mintiera”, dijo literalmente Barraco. La credibilidad de Puebla ha sido una gran disyuntiva durante los 12 años de proceso judicial. La querella y la Fiscalía, al menos en el primer juicio, trataron de que sus dichos fueran tenidos en cuenta y tomados como ciertos. En cambio, las defensas e, incluso, el tribunal que había intervenido anteriormente, entienden que Puebla miente. La teoría defensiva es que la mujer fue “armada” como testigo por el ex comisario Héctor Quiroga, que se llevó los laureles del supuesto esclarecimiento del caso. Justamente en estos días, los últimos antes de los alegatos, se espera que también declare ese ex policía. Si no hay incidentes de última hora, se estima que el segundo juicio debería concluir a de fin de mes.