Uno de los disparos dio sobre su nuca, provocándole la muerte en el lugar, lo que motivó la huida de Báez.
La víctimaJuan Ibaceta, antes de morir, había vivido ocho años en Barcelona, vivía con una tía, jugaba al fútbol y esperaba tener la posibilidad de una prueba en el Espanyol, el segundo club más importante de la ciudad.
Había vuelto a Mendoza por unos meses para estar con su madre y la idea era que volviera a España para retomar la temporada de escuela y de fútbol.
Sin embargo, no pudo volver. Al regresar a Mendoza tomó contacto con viejas amistades, que habían caído en la delincuencia y comenzó a meterse en algunos problemas por esas juntas.
Una vez que se supo de su muerte, la noticia de esta llegó a España, donde su club el Vista Alegre, realizó un minuto de silencio y esto fue reproducido por el diario Sport de ese país.