Los dirigentes argentinos Rodolfo D'Onofrio (River), Daniel Angelici (Boca) y Víctor Blanco (Racing) fueron los que viajaron a Asunción en representación de Argentina por la recientemente creada Liga Sudamericana de Fútbol, que nació para controlar a la Conmebol.
Pero fundamentalmente fueron para exigir mejores sustanciales en el reparto de premios de los torneos internacionales. Además volvió a mencionarse la posibilidad de aprobar una amnistía general, que consistiría en perdonar las sanciones vigentes para clubes, estadios y jugadores de Sudamérica.
En este caso Boca sería uno de los mayores beneficiados, debido a que por la escandalosa suspensión de la serie ante River del año pasado arrastra cuatro partidos de local a puertas cerradas y otros cuatro de visitante sin público propio.
Y sorpresivamente, D'Onofrio apoyó a rajatabla la moción de sus pares Xeneizes de lograr una respuesta positiva en la anulación del castigo. "Hay que revisar la sanción, es desproporcionada en relación a lo que Boca como club puede hacer. Son barbaridades que hay que revisar. Los clubes no somos tan culpables de estas cosas", reflexionó el mandamás del actual campeón de América.
También afirmó: "Boca habitualmente utiliza una manga mejor que la de aquel día y si no se la hubieran hecho cambiar, seguramente no hubiera sucedido lo que pasó". Inmediatamente, alertó que las precauciones del caso deben pasar por cuenta del Gobierno Nacional: "Seguramente ahora que cambiaron las autoridades vamos a poder trabajar en ciertas cosas. No podemos seguir viviendo así. Podemos no ser cómplices de esta gente (por lo violentos), pero no ser policías. La Secretaría de Seguridad tiene que tomar medidas y nosotros la vamos a acompañar".
Juntó a él estaba Angelici, quién le hizo un guiño a su par millonario y dijo: "Nos plantearon que podrían hacerse cargo y nosotros nos pondremos al lado para ayudarlos. Con decisión, se puede. El Gobierno es el que tiene el poder de la Policía", fundamentó.
A diferencia de lo sucedido en el primer Superclásico jugado el sábado en Mar del Plata, Boca y River están unidos y empujando en la misma dirección para sacar conclusiones con el papelerío de la Conmebol a disposición y así elaborar el proyecto definitivo para elevar ante las autoridades sudamericanas.