Tras siete meses sin actividad por la pandemia de coronavirus, el surf tuvo un regreso novedoso, en el que los hermanos Ruggiero y Cocó Cianciarulo dominaron el circuito nacional junior en Mar del Plata en una competencia que tuvo jurados virtuales.
Tras siete meses sin actividad por la pandemia de coronavirus, el surf tuvo un regreso novedoso, en el que los hermanos Ruggiero y Cocó Cianciarulo dominaron el circuito nacional junior en Mar del Plata en una competencia que tuvo jurados virtuales.
La Asociación de Surf Argentino (ASA) decidió avanzar en un nuevo formato a partir de un reglamento virtual diseñado por la Federación Catarinense en Brasil para que se pueda realizar la competencia.
Cada surfista tuvo dos días para elegir las playas donde había mejores olas (con la complejidad que había surfistas amateurs o eran playas difíciles para grabar) para luego presentar –con un reglamento exigente- los videos que iba a ser juzgados por cinco jueces, a través de Zoom.
Antes de cada grabación, los competidores debían aclarar dónde estaba la playa y con qué traje y tabla competirían.
"El balance es positivo, aprendimos muchas cosas que antes nunca habíamos hecho. Aunque la idea es volver desde la próxima fecha en noviembre a los campeonatos presenciales. Ya solicitamos los permisos con el protocolo que diseñamos para la práctica del surf y otro para los torneos", explicó el presidente de la ASA, Freddy Tortora.
Juan Cruz Ruggiero, joya del surf nacional, fue quien se impuso en la categoría Menores de 18 años al lograr la puntuación más alta (17.57, de los 20 posibles) de este torneo: el resultado lo ratificó como puntero del circuito con 3.730 puntos.
Uno de sus hermanos, Facundo, ganó en dos categorías (en M10 con 7 puntos y en M12 con 10.75), mientras que el otro, Ignacio, finalizó tercero en M16 (con 11.10) y la otra vencedora fue Cocó Cianciarulo, quien se impuso en M16 (con 12.75) y M18 (con 14.75) para ser la líder del torneo en ambas con puntaje ideal (ganó las cuatro fechas).
En total, hubo cinco divisiones de varones y cuatro de mujeres en las que compitieron 54 participantes: algunos de los lugares elegidos para la vuelta fueron Mar del Plata, Pinamar, Villa Gesell, Miramar, Necochea y Quequén.
"Está bueno probar cosas nuevas para ver si funcionan, pero está claro que no es lo mismo. Las sensaciones y presiones son distintas. Me sentí muy relajado en el agua. En un torneo presencial, hay horarios que cumplir y en los 20 minutos que dura una serie debés hacer las cosas bien o te quedás afuera.
Acá tenías varias horas para grabar las mejores olas, te daba revancha", explicó Juan Cruz Ruggiero.
Por su lado, Cianciarulo señaló que "hubo que tener en cuenta todo: el agarrar olas buenas, por supuesto, pero sobre todo elegir el lugar adecuado y, lo más complejo, que esas olas estuvieran bien grabadas. No fue tarea fácil para nadie".
"Agradezco la iniciativa para poder regresar, pero es importante volver a competir en condiciones normales porque el campeonato virtual puede resultar injusto para algunos surfistas, porque la logística no se sencilla", añadió.
En tanto, Martín Passeri, seis veces campeón argentino, opinó desde su experiencia y su rol de coach: "Se encontró la mejor opción posible. El sistema es perfectible, sin dudas, aunque lo importante era volver a la actividad, a la adrenalina de la competencia, al prepararse, a la presión y a que nosotros podamos ver cómo están ellos".