Independiente Rivadavia tuvo un año claramente dividido en dos etapas. Arrancó intentando no descender y terminó peleando bien arriba.
Gabriel Gómez tomó la "posta" tras la salida de Pablo De Muner y la Lepra consiguió su primer objetivo: mantener la categoría.
En medio de una situación económica delicada, el Azul se rearmó "como pudo" y arrancó la segunda parte con resultados muy alentadores.
Por el momento, Independiente es uno de los doce clasificados de la B Nacional a la Copa Argentina (es cabeza de serie) y se estaría clasificando al Reducido por un ascenso a Primera.
En números, así fue el 2018 para la Lepra: