Análisis y opinión

Julio Cobos, ese carismático al que la política le sigue calzando como una media

La relación política de Julio Cobos con Alfredo Cornejo se da por épocas. A veces no quieren tenerse muy cerca, pero saben que en yunta el precio de ambos sube

Son escasos los políticos en esta provincia con el carisma que tiene Julio César Cleto Cobos. Si no fuese político e ingeniero podría haber sido vendedor de autos raros, chief de real state o conferencista motivacional y le hubiera ido bien.

Posee ese don inhabitual que es la facilidad para convencer. Por eso la política siempre le calzó como una media. Esa personalidad le ha permitido disimular las cosas que no le han salido del todo bien y fortificar aquellas en las que ha acertado.

El ex gobernador peronista de San Juan, José Luis Gioja, solía remarcar las virtudes comunicacionales del mendocino advirtiendo que había que cuidarse de él porque "con esa carita de bueno, si te descuidás te la pone".

Alfredo Cornejo y Julio Cobos
Julio Cobos es, a sus 70 años, uno de esos radicales que quiere seguir con las botas puestas para poder retirarse dentro del partido que creó Leandro N. Alem. En la foto, junto a Alfredo Cornejo.

Julio Cobos es, a sus 70 años, uno de esos radicales que quiere seguir con las botas puestas para poder retirarse dentro del partido que creó Leandro N. Alem. En la foto, junto a Alfredo Cornejo.

Julio Cobos es, a sus 70 años, uno de esos radicales que quiere seguir con las botas puestas para poder retirarse dentro del partido que creó Leandro N. Alem. Ya la pasó mal cuando fue expulsado de la UCR por haber aceptado ser parte de aquella famosa pero frustrada coalición "transversal" a la que lo convocó Néstor Kirchner. Ser vicepresidente de Cristina fue algo mal parido.

Cristina destrató e ignoró a placer al mendocino A los seis meses de gestión, la convivencia de Cobos con la presidenta saltó por los aires cuando él no avaló aquella locura que se llamó la guerra con el campo. A pesar del crash, Cobos nunca renunció a la vicepresidencia del país, dando pie a una rareza política en la que durante tres años y medio el kirchnerismo trató, sin suerte, de sacárselo de encima.

¡Atrás, violeta!

Hoy, 17 años después de aquel experimento político (en el que Alfredo Cornejo fue su asesor estrella), Cobos no quiere que lo coloreen con el violeta de La Libertad Avanza (LLA) ni ir a las elecciones legislativas en una coalición donde toda la marquesina la ocupe la cara de Javier Milei.

Y aclara: "No voy a ser un estorbo" para la estrategia electoral de Cornejo. Dice estar seguro de que Javier Milei y su entorno "no tienen ninguna intención de ceder en nada". Por tanto no aprueba que el radicalismo de Mendoza sea ninguneado en un pacto electoral con los libertarios.

Cobos tampoco esconde sus diferencias con la gestión política e institucional de Milei, por más que avale varios de sus logros económicos. Como diputado nacional se ha negado a votar algunas medidas del mileísmo. Y no duda en afirmar que "Milei trata a los posibles socios con los mismos métodos que usaba Néstor Kirchner para minimizar a los socios "transversales".

Previsor y alentado por las encuestas, Alfredo Cornejo ya prepara un Plan B para el caso de que fracasen las negociaciones entre Cambia Mendoza y los hermanos Milei. Ante ese supuesto escenario, Julio Cobos encabezaría la lista para diputados nacionales.

En concreto: en el cornejismo no quieren a Julio Cobos con carnet de jubilado.

Se conocen los piojos

La relación política del gobernador y de Cobos no ha sido fácil. Han convivido, pero cada uno a su manera ha intentado influir sobre el otro. Los dos son huesos duros de roer. Se recelan, desconfían, pero se respetan.

Los dos suelen tener episodios de marcada testarudez Se han distanciado y se han vuelto a juntar exigidos por esa ductilidad que los políticos de carrera deben exhibir ante las evidencias de la pelmaza realidad.

Lo de ellos se da por épocas. A veces no se quieren tener muy cerca, pero dejan en claro que en yunta el precio de ambos sube. Entonces esconden los escudos. En tiempos electorales son esos amigos que se conocen muy bien los piojos y que se aceptan tal como son.

Puede que Milei sea Gardel, pero cómo negar que "el veterano Cleto" siga "garpando" muy bien ante el electorado. Cambia Mendoza ya lo comprobó en las legislativas de 2021 cuando Cornejo, Cobos y Suarez compartieron boleta a modo de trinidad pagana.

Son veteranos, curtidos, mañosos. Profesionales y astutos, según cuadre. Alfredo Cornejo parece más áspero (los que no lo quieren aseguran que es más malo), pero Cobos no es (ya lo decía Gioja) un santo. Dicho de otro modo: son complejos, pero sí, Cobos es más simpático.