En su nuevo videoclip, Formation (que significa formación) la cantante Beyoncé hace alusiones directas a los conflictos que han afrontado los negros a lo largo de su historia en Estados Unidos. En momentos en que están más vigentes que nunca los problemas del racismo, tanto en Hollywood como en las calles de ese país, la diva se sumó a la lucha desde lo musical y visual.
Melina Matsoukas es la directora del clip y ya trabajó con Beyoncé en siete ocasiones anteriores, dirigiendo por ejemplo Pretty Hurts.
En las imágenes de Formation, canción que se espera sea el puntapié del nuevo álbum sorpresa de Bey, se la ve a la diva encarnando varios arquetipos de mujeres negras de diferentes épocas, desde los tiempos del apartheid hasta el gangsta rap.
Asimismo, el video abre con ella sobre un móvil policial que se hunde bajo el agua, haciendo referencia a la inundación provocada por el huracán Katrina en 2005. Durante esa tragedia, el pueblo de color se levantó en reclamos al Estado y los uniformados por la falta de ayuda a los suyos.
En otro fragmento, la ex Destiny's Child canta: "Me gusta el pelo afro de mi bebé/los orificios grandes de la nariz de mi negro, iguales a los de los Jackson Five", mientras en el video aparece su hija, Blue Ivy, luciendo un bello afro. Esto habla sobre el odio que abunda en las redes sociales hacia aspectos típicos de la cultura afroamericana, como los peinados en forma de afro y los rasgos étnicos.
Esta referencia es personal para la diva, dado que en 2014, cuando apareció junto con su marido, Jay-Z, y su pequeña en los premios MTV Video Music Awards, las redes sociales se inundaron de comentarios a favor y en contra del look de Blue Ivy porque justamente lucía un afro. Evidentemente, a Beyoncé la inspiran esas reacciones amor/odio de su público.
Otros momentos en el clip son más evidentes, como la pared en la que dice "dejen de dispararnos". Ese mensaje llega tras un convulsionado año en Estados Unidos, en el que hubo motines en varias ciudades tras los asesinatos de jóvenes negros a manos de policías en situaciones poco claras.
Asimismo, hay imágenes de Martin Luther King y referencias a la película Cocodrilos albinos.
Esta producción se estrenó dos días antes de que ella cantara la canción en vivo, en el Super Bowl.
Esa noche, la autora de Crazy in love se mostró con un grupo de bailarinas que vestían trajes iguales a los que usaban los miembros del partido Panteras Negras. Este año se cumplen 50 años de la formación de esa organización política y militante que defendía los derechos de las minorías, tomando las calles de Estados Unidos. Quizás a eso se debe el título del tema.
Por último, el look de la artista en ese show era igual al que usó Michael Jackson cuando cantó en ese mismo evento, en 1993. En esa oportunidad, el difunto rey del pop interpretó We are the World, canción que habla de la importancia de que los seres humanos se unan para dar fin a la violencia y las diferencias de clases.