El estadounidense Nick Yarris fue condenado a la silla eléctrica en EE.UU. y pasó 23 años en una celda de aislamiento por un delito que no había cometido. Finalmente salió en libertad en 2004 gracias a los avances en las tecnologías de la identificación con ADN y ahora viaja por todo el mundo para relatar su experiencia, que, pese a todos los sufrimientos, le resultó ser útil. Contó su increíble historia en una entrevista para la BBC.Yarris fue detenido en 1981 a la edad de 19 años y, según relata, en aquel entonces era drogadicto y no tenía las habilidades necesarias para defenderse. Le acusaron de la violación y muerte de una joven.
Los primeros dos años fueron duros para Yarris, al que torturaron y no tenía a nadie con quien hablar, pero un día un guardia le entregó unos libros, y eso le cambió la vida. En 20 años leyó como mínimo 10.000 libros, que le ayudaron a mejorar su vocabulario y dominio del inglés.
"El tesoro que me llevé de la prisión no fue oro, sino el bellísimo conocimiento sobre mí mismo y una maravillosa educación", confesó.
La experiencia de Nick Yarris está llena de sufrimiento físico, ya que la cárcel le dejó 11 huesos rotos que no han sanado y dos discos colapsados en cuello. Pero el hombre optó por concentrarse en sus logros personales y está muy contento de poder dejar un mensaje para los jóvenes sobre la importancia de la educación.Fuente: Actualidad RT