Charlie Hebdo, un pequeño semanario muy crítico con las religiones y las instituciones, alcanzó el reconocimiento mundial tras los atentados yihadistas del 7 de enero, pero un año después se siente solo en su lucha por “reírse de todo”.
“Sentimos una escandalosa soledad. Nos hubiera gustado que otros hicieran sátiras”, agregó el semanario satírico que reivindica su supervivencia frente al fanatismo religioso en un número especial por el primer aniversario del atentado.
El título de portada de la revista, que sale a la venta mañana es “Un año después, el asesino sigue corriendo”, sobre la caricatura de un dios que va a la carrera con las manos manchadas de sangre y con un kalachnikov a la espalda.