El hospital divulgó este lunes un nuevo parte médico en el que se confirma que Navalny, que la semana pasada se despertó del coma inducido, ya no está conectado a un respirador y ya comenzaron las tareas para que recupere la movilidad perdida.
Navalny permanece internado en el hospital Charité desde el 22 de agosto, dos días después de que supuestamente fuese envenenado en territorio ruso.
Los análisis realizados tras su traslado han llevado a Berlín a confirmar que fue víctima de una intoxicación intencionada con un agente nervioso del tipo Novichok.
Su entorno ya había denunciado este envenenamiento en cuanto su salud empeoró de forma repentina en un vuelo desde Siberia a Moscú, pero ni los médicos ni las autoridades de Rusia respaldan esta versión.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, calificó este lunes de "infundadas" las acusaciones y reclamó una mayor implicancia en las pesquisas, en una conversación telefónica con su homólogo francés, Emmanuel Macron.
Pese a las desmentidas de Moscú, el envenenamiento y la convicción de muchos opositores de que fue un ataque político desde el Gobierno parece haber fortalecido electoralmente a los partidarios de Navalny en los distritos de Tomsk y Novosibirsk en Siberia, donde el líder opositor concentró sus denuncias por corrupción.
Las elecciones se realizaron en 41 de las 85 regiones de Rusia y definieron todas las autoridades locales desde gobernador hasta concejales, además de cuatro bancadas en el parlamento nacional.
Rusia Unida, la fuerza de Putin, ratificó su mayoría sin problemas en todas las regiones en juego, incluso Siberia, según AFP.
Sin embargo, los comicios también representaron una victoria local para aliados de Navalny que lograron ingresar al Consejo Deliberante de Tomsk y Novosibirsk, dos ciudades donde el dirigente opositor hoy convaleciente hizo campaña personalmente y denunció casos de corrupción gubernamental.