Porque desde esta tarde a las 18.00 horas, y hasta el próximo 23 de mayo, la Sábana Santa sepodrá ver en la Catedral de Turín, la ciudad que desde 1578 alberga la controvertida reliquia,comprada por la familia Saboya a los descendientes del señor de Troyes a cambio de un castillo. Se espera que dos millones de personas acudan a contemplarla, según el diario español ElMundo. "Estamos ansiosos de verla. Para nosotros, como creyentes, tiene un valor inmenso", dice Eloísa Mora, quien junto a su marido y sus tres hijos el viernes llegó a Turín procedente deAndorra con un solo objetivo: ver con sus propios ojos la Sábana Santa. "A mi ni se me pasa por la cabeza ir a verla. Es un trozo de tela sin más", asegura Francesco, un torinés de 37 años que trabaja como informático en un banco. Pero la exposición de la controversial reliquia, respecto a cuya veracidad El Vaticano nuncase pronunció oficialmente, promete ser todo un acontecimiento. Para empezar, será la primera vez que el polémico sudario se exponga tras el proceso derestauración al que fue sometido en 2002, y en el que le fueron retirados los parches que unasmonjitas le cosieron tras el incendio que en 1532 le afectó. Y la primera vez también que se exhibirá dentro de la urna a prueba de incendios y deatentados en la que se conserva desde el año 2000, sin aire, rodeada de un gas inerte, atemperatura constante y monitorizada en todo momento. Los 50.000 visitantes que al día se calcula que acudirán a contemplarla no podrán deleitarsemucho en su visión: como media sólo podrán estar tres minutos ante la tela, cinco si tienen suertey es un día con poca afluencia. Pero en el Ayuntamiento de Turín creen que los dos millones de personas que en las próximasseis semanas acudirán a esta ciudad atraídas por el reclamo de la Sábana Santa dejarán en ellacuantiosos beneficios económicos: unos 50 millones de euros. De hecho fue el Ayuntamiento de Turín el que, para hacer frente a la crisis, solicitó alarzobispo que autorizara una nueva exposición del sudario. "Porque una exhibición de la Sábana Santa no sólo es un evento religioso sino también una fuente de ingresos y de promoción para Turín", confiesa Fiorenzo Alfieri, concejal de Cultura delAyuntamiento de Turín y presidente del Comité de la Sábana Santa. Entrar en la catedral de Turín para ver la Sábana Santa será gratis. Pero todo lo demás habráque pagarlo religiosamente. Los hoteles hace tiempo que están llenos para todos los fines de semanaque dure la exposición del sudario. Numerosos restaurantes esperan hacer buenos negocios y decidieron abrir todos los díasdurante las seis semanas de exhibición de la disputada reliquia. Incluso hay 'merchadising' creado para la ocasión: desde unos lentes en tres dimensiones que,supuestamente, permiten distinguir en la tela detalles que a simple vista no se perciben como porejemplo restos de sangre (a la venta por dos euros, tres euros el modelo especial para los miopes)hasta el aluvión de libros sobre la Sábana Santa que colman las librerías y quioscos de la ciudad. Por no hablar de los pósters, los vídeos, las camisetas y demás souvenirs. O del impuesto de30 euros en concepto de tasa medioambiental que el Ayuntamiento de Turín decidió cobrar a cada unode los 20.000 autobuses de turistas y peregrinos que se adentren en la ciudad para ver la SábanaSanta. O de las numerosas exposiciones relacionadas con Cristo y su crucifixión que saturan Turín, yque sí que hay que pagar para poder verlas. En total, el Ayuntamiento de Turín, la región de Piamonte y la conferencia episcopal italianahan desembolsado cinco millones de euros para organizar la exposición de la Sábana Santa. Pero se espera que los peregrinos dejen en la ciudad 10 euros por cada euro invertido enellos. "Ese es al menos el cálculo que hemos hecho en base a otros eventos culturales que hemosrealizado", señala Alfieri. Lo que significa que la Sábana Santa podría dejar en Turín unos 50 millones de euros.