La muerte del líder chií Al Nimr reactivó la tensión entre Arabia Saudí e Irán. Incendiaron embajada y consulado árabes. 

La ejecución de un clérigo provoca la ira en Medio Oriente

Por UNO

La ejecución de un dirigente chiita en Arabia Saudí intensificó las tensiones en medio Oriente, en particular en Irán, donde manifestantes indignados atacaron la embajada saudí y el poder advirtió a la dinastía Al Saud de una “venganza divina”.El ajusticiamiento del clérigo Nimr Baqer al Nimr, figura de la oposición al régimen de Riad, provocó la ira de las comunidades chiitas de Arabia Saudí, Líbano, Baréin, Yemen e Irak.

La ONU, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) mostraron también su preocupación y temen una intensificación de las tensiones entre chiíes y suníes en la región, manifiestas en el conflicto sirio y en la guerra de Yemen.

El líder chiita de 56 años fue ejecutado el sábado junto a otras 46 personas, entre ellas un chadiano y un egipcio, condenadas por “terrorismo”. La mayoría eran yihadistas del grupo Al Qaeda.

“Sin ninguna duda, la sangre injustamente derramada de este mártir tendrá sus consecuencias y la mano divina lo vengará de los dirigentes saudíes”, advirtió ayer el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei. 

Horas antes, cientos de personas encolerizadas atacaron con cócteles molotov y entraron a la embajada de Arabia Saudí en Teherán. “El fuego destruyó el interior de la embajada”, declaró a la AFP un testigo.

 El consulado saudí en Mashhad (noreste) también fue atacado.

El presidente iraní Hasan Rohani denunció por un lado la ejecución del clérigo, y por otro calificó de “injustificables” los ataques contra las representaciones saudíes.