Las fuerzas del gobierno sirio tomaron la localidad de Rabia, el último bastión rebelde estratégico en la provincia costera de Latakia (oeste), en un momento en que Naciones Unidas ultima los detalles para abrir un diálogo de paz y terminar con casi cinco años de guerra civil.
"Las fuerzas armadas, en coordinación con las tropas de defensa popular, tomaron el control de la localidad de Rabia", cercana a la frontera con Turquía, anunció la televisión citando a una fuente militar.
La provincia costera de Latakia es la cuna de la familia Al Asad, que gobierna Siria desde hace más de cuatro décadas.
Rabia había sido ocupada por los rebeldes en 2012 y desde entonces estuvo bajo control de distintos grupos insurgentes, entre ellos el Frente Al Nusra, la rama siria de Al Qaeda.
La ciudad cayó en poder de las fuerzas gubernamentales y las fuerzas de defensa popular (milicias favorables al presidente Bashar al Asad), informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido.
La caída de Rabia, consecutiva a la de Salma, otra ciudad estratégica de Latakia, ocurrida el 12 de enero pasado, permite a las tropas de Asad cortar las rutas de reabastecimiento de los rebeldes desde Turquía, dijo a la AFP Rami Abdel Rahman, director del (OSDH).