Desposeído de sutileza, el editorial del diario Global Times recomendó a la presidenta electa no cruzar la "línea roja" con China.

China advirtió a Taiwán de sus "alucinaciones" independentistas

Por UNO

Un día después de que la oposición independentista ganara las elecciones presidenciales en Taiwán, varios medios oficiales chinos advirtieron a la isla de que debe abandonar sus "alucinaciones" de independencia y que un mayor enfrentamiento con Pekín resultaría un "desastre".

A través de diarios como el Global Times o la agencia de noticias oficial Xinhua, China insistió en que el triunfo del independentista Partido Demócrata Progresista (PDP) "no significa que la mayoría de los taiwaneses apoyen la independencia" y consideró que el escenario de Taiwán como Estado soberano "es completamente imposible".

Desposeído de sutileza, el editorial del diario Global Times recomendó a la presidenta electa de Taiwán, Tsai Ing-wen, no cruzar la "línea roja" con China y la amenazó con llevar a la isla a "un callejón sin salida", según reprodujo la agencia de noticias EFE.

"Esperamos que Tsai pueda hacer que el partido reconsidere sus alucinaciones sobre la independencia de Taiwán, y contribuya al desarrollo común y pacífico entre Taiwán y el continente", agregó.

Xinhua, por su parte, también optó por las amenazas. "No se puede negar que la vuelta de un gobierno del PDP supone un gran desafío para las relaciones del Estrecho (de Formosa, que separa a los dos territorios). No obstante, el continente tiene la resolución y la capacidad para frustrar cualquier intento secesionista", sentencia.

Pero sin dudas el medio que fue más lejos fue el diario oficial China Daily, al advertir que una declaración de independencia de Taiwán "significaría la guerra".

Además del futuro político, la victoria de Tsai ayer también impactará en el futuro económico de la isla y en sus lazos con sus aliados, de los que 12 están ubicados en Latinoamérica y el Caribe.

Durante su campaña, Tsai prometió cambios radicales en la política de la isla, con más participación popular, bienestar social y fiscalización de los grupos de interés, y también una postura más firme de defensa de la identidad isleña ante China.

Su campaña se centró en la situación económica en la isla, donde en los últimos años los fuertes beneficios de la grandes compañías, muchas de ellas con importantes inversiones en suelo chino, no se tradujeron en mejoras para la población, lo que generó un importante descontento, especialmente entre los jóvenes.

En política hacia China, la presidenta electa se negó a aceptar el "Consenso de 1992" (una China con interpretaciones distintas en Taipei y Beijing"), pero prometió "mantener el statu quo", "comunicación", "sin provocación" y "sin sorpresas", que espera mantenga la paz en el estrecho de Formosa.

Uno de los principales objetivos de Tsai será poner fin a lo que su partido considera "privilegios" del hasta ahora gobernante KMT, una formación histórica fundada en 1912 en suelo chino y partidaria de un acercamiento económico y social a Beijing que lleve a una unificación con China.

El KMT perdió todos sus cargos nacionales y solo controlará ahora seis de las 22 alcaldías de la isla.

Taiwán es un actor clave en la cadena mundial de suministros y manufactura de productos de alta tecnología, fuente clave de referencia para China y una importante baza estratégica en la disputa de hegemonía asiática entre Washington y Beijing.

A pesar de que está descartado que Tsai y su gobierno emprendan una aventura de proclamación de la independencia formal, los resultados de hoy impactarán tanto los lazos de la isla con Estados Unidos y con China, con la que mantiene una disputa de soberanía desde 1949.