Se crió en las viviendas Barceló, de Quart (Gironès, España) y cree que de no haberle pasado lo que le pasó, quizás hubiese sido un buen futbolista.
"Sufrí las miradas de miedo, susto, rechazo... 'Monstruo', me llamaban, ¡y era un niño!", cuenta. Pero no lloraba. "Sentía rabia. Yo odio a la gente. 'Dios te bendiga', me soltaba uno. 'Campeón', me decía otro. Anda ya. ¿Campeón, por tocarme lo que me tocó?".
- ¿Ardió todo su cuerpo?
- El 90% de mi cuerpo. Más de la mitad de los quemados en ese tan alto grado mueren.
- ¿Por qué usted no?
- Yo era un niño y no me daba la gana de morirme.
- ¿Qué edad tenía?
- Ocho años, cuando el accidente. Cumplí nueve en Vall d’Hebron.
- Cuénteme el accidente.
- Aquella noche quise ir con mi padre. Es camionero. Me gustaba estar con él.
- ¿Qué carga transportaba?
- Iba a recoger gasóleo para distribuirlo en varios puntos de Catalunya. Me colé en el camión, y... ¡sácame tú de ahí!
- El accidente.
- Esquivó un choque, el camión hizo tijera, hubo impacto con otro camión, entró gasóleo y me ardía el cabello...
- ¿Le ardía el cabello?
- Me desperté con el pelo en llamas. Mi padre me sacó afuera, y corrimos, pero resbalamos en aquel suelo mojado de gasóleo...
- ¿Tardaron?
- Antes llegó un helicóptero de prensa. Me sobrevolaba y me asustaba. Mis imágenes en llamas salieron en TN migdia.
- Pues muy mal.
- En el TN nit ya las evitaron. Cuando llegó el convoy de bomberos, ambulancias y policías, ¡el camión estalló!
¿Hubo heridos?
La onda expansiva fue hacia arriba, yo la vi: si hubiese salido de lado... hubiese destrozado el convoy.
Le llevaron a la uci, supongo.
Un año entero en la uci. El día que me sacaron, sufrí parada cardiorrespiratoria. Me reanimó Arana, todo su peso sobre mí.
¿Quién es Arana?
La cirujana pediátrica residente. Me lleva ella desde el principio. Más de una vez me dio por muerto: “De esta noche no pasa”, decía a mis padres. Y sobreviví a una gripe A.
¿Cómo está su caso ahora?
Cada mes bajo al hospital, les cuento mis dolores y molestias y van operándome...
¿Cuántas operaciones?
He contabilizado 43 operaciones, pero han sido más. Ahora me toca injerto de piel en el costado...
¿De dónde sacan la piel?
De las pantorrillas. Por eso no puedo tatuármelas como quisiera. Pero sí la espinilla.
¿A ver?
Una calavera: mi diosa, si tuviera algún dios. Si por mí fuera, no viviría. Vivo por no darle un disgusto a mi madre. Y la cuido. Aunque mi muerte sería un descanso para ella...
¿Cómo está ella?
Muy enferma. Mi misión hoy es cuidarla. La he hecho sufrir tanto con mis cosas...
¿Y usted?
Sufrí las miradas de miedo, susto, rechazo... “Monstruo”, me llamaban, ¡y era un niño!
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Aleixo Paz, el niño de fuego: "El infierno sigue aquí"
¿Lloraba por eso?
No: sentía rabia. Yo odio a la gente. “Dios te bendiga”, me soltaba uno. “Campeón”, me decía otro. Anda ya. ¿Campeón, por tocarme lo que me tocó? Campeón eres si revientas al rival a puñetazos en un combate de boxeo. Como mi amigo Chaca: he compuesto una canción para él, la hemos cantado juntos.
¿Compone usted canciones?
Escribo, es un modo de aliviarme sin dañarme. Y he grabado algunas canciones. Yo no salgo por ahí, tengo mi soledad, dos amigos de niñez del barrio, y no me interesa nadie.
¿Novia?
Casi me caso, pero al final hay dolor. No quiero cargas, y mucho menos un hijo. Creí haberla embarazado: se me cayó el mundo.
¿Mejor solo, pues?
Sí, ya me peleo bien conmigo mismo.
¿Cómo vive usted la era covid?
Malditos políticos, ni saben qué es un hospital. Menos aplausos y más recursos. En Vall d’Hebron cerraron plantas. Los sanitarios necesitan apoyo total.
Si no hubiese tenido el accidente...
El fútbol era mi vida, yo jugaba bien. Quién sabe...
¿Cómo se encuentra de ánimo hoy, después de todo?
Tan cabreado y tan perdido como siempre. El infierno sigue aquí.
Fuente: La Vanguardia