Mientras el presidente de Estados Unidos Donald Trump ejercía su poder el lunes por la noche al nominar a Brett Kavanaugh para ocupar un cargo en la Corte Suprema de Estados Unidos, la actriz porno Stormy Daniels ejercía el suyo como a un kilómetro de distancia, con nada más puesto que unos zapatos de tacón negros.

"Ella es una de las personas que podría derribar a Donald Trump", dijo Diana Lautenberger, de 34 años, quien asistió al club nocturno donde Daniels se presentó y quien dijo que trabaja para una organización no lucrativa.

"Estamos aquí para apoyarla", dijo entre risas Jim Simpson, de 66 años. "Necesita dinero".

Billetes de dólar, algunos reales y otros falsos, llovieron sobre Daniels mientras bailaba en el escenario del Cloakroom, un club nocturno cuya gran inauguración encabezó la noche del lunes.

Curiosamente, aproximadamente al mismo tiempo que Trump hacía su nominación, Daniels se quitaba todo _un vestido rosa, unos guantes, pulseras y una boa de plumas_ al ritmo de canciones como "Big Spender" y "Material Girl".

La actriz fue la protagonista de un espectáculo de 15 minutos llamado "All Things Revealed" ("Todo al descubierto"). Al parecer Daniels bailó en el momento justo, deliberadamente o no. Fue el capítulo más reciente en la extraordinaria habilidad de Daniels de eclipsar la presidencia de Trump.

"Las estrellas se alinearon", dijo el copropietario de Cloakroom, Andre DeMoya, quien dijo que primero se puso en contacto con la persona que administra el trabajo de Daniels y que luego la actriz aceptó. La fecha se modificó por lo menos una vez.

Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, dijo que mantuvo relaciones sexuales con Trump en 2006, cuando él estaba casado, algo que Trump niega. Ella entabló una demanda contra Trump y su abogado personal de mucho tiempo, Michael Cohen, pues busca invalidar un acuerdo de confidencialidad que firmó días antes de la elección presidencial de 2016.

La noche del lunes, la actriz de 39 añosse abstuvo de hacer un baile en tubo como lo hicieron las otras artistas durante las más de dos horas del primer acto. En cambio, salió con un vestido entre rosa y rojo sin tirantes con un moño plateado en la espalda, guantes y pulseras brillantes. Su pelo rubio caía como cascada por su espalda. Recorrió el lugar, usó sus senos para presionar los rostros de algunos de los presentes y luego subió al escenario.

Lanzó un guante a un miembro del público, luego deslizó una pulsera por el escenario hacia otro. Pronto, el vestido salió volando y su torso quedó solo con la boa de plumas. Luego también se la quitó. Lo único que permaneció cubierto fueron sus pies, con unos delicados zapatos negros de tacón y no unos de plataformas enormes como los que traían otras bailarinas.

Keith Swann pagó 20 dólares y pasó a un lado de las pulseras, abridores de botellas y camisetas con la impresión #TeamStormy, hasta llegar al lado de Daniels.

"Quería conocer a la mujer que puso una demanda contra el presidente", le dijo Swann a la actriz porno que se despojó de todo durante su baile de 15 minutos.

"Esa debo ser yo", respondió Daniels.

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Foto: AP
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Stormy Daniels
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