Claudia Domínguez dio su testimonio en el juicio por su propia apropiación durante la última dictadura militar.

Nieta 117: "Estoy armando la tesis de mi propia vida, vengo a que me digan la verdad"

Por UNO

Fueron dos décadas de dudas, interrogantes e información a cuentagotas por una verdad esperada y temida. Claudia Domínguez Castro,la nieta recuperada 117, prestó su testimonio en el debate por su apropiación y narró cómo fue su entrega y su búsqueda.

En busca de historias felices

Claudia, durante gran parte de su vida, supo que era adoptada, pero no mucho más. Fue en la facultad cuándo las dudas sobre su origen se hicieron más fuertes. Tres compañeros influyeron en ellas tras preguntarle si no pensaba que era hija de desaparecidos.

"Fue la primera vez que realmente sentí esa palabra", explicó la mujer, mientras el acusado de haberla entregado tomaba apuntes de cada una de sus palabras y sus padres de crianza como ella prefiere decirles, la seguían por videoconferencia a unos pisos de distancia.

"Tenía miedo hasta de buscar información. En esos años estaban las campañas de Abuelas y yo comencé a asociar toda la información que tenía".

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"Al entender que había sido adoptada entendía que no había sido querida en otro lugar. Pregunté por mi origen y me contaron que un compañero de trabajo (Segundo Carabajal) de mi papá de crianza se lo encontró una vez y le preguntó si tenía hijos y que él conocía a alguien que iba a tener un bebé y no podía cuidarlo. Eso me conformó un tiempo más", manifestó Claudia.

Pero con el tiempo las dudas volvieron. Una y otra vez las consultas se repitieron con su padre de crianza. En ellas se agregaba cuál el rol de Carabajal en su llegada pero siempre quedaba fuera de la ecuación. "Solo sabía que él había sido militar", explicó ante los jueces.

Ante la persistencia de las dudas, Domínguez comenzó a trazar su origen junto a sus primos. Estos habían escuchado historias en sus cosas y le habían contado sus inquietudes. "Mi adopción era tabú", señaló.

"Volví a consultar si él (por Carabajal) tenía algo que ver y me dijo que no. Yo seguía dudando. Pensé en hacerme un ADN pero tenía miedo a la reacción de ellos", adujo.

En la familia de Dominguez todos sabían que ella era adoptada pero nadie sabía mucho de su verdadero origen. Ella insistió varias veces más pero siempre había una pared delante de ella.

"En el 2006 tengo a mi hija. Yo quería saber mi origen y ver si tal vez tenía un hermano en la misma situación que yo, o no, tener alguien con quién identificarme. Me sentía muy diferente a mis padres de crianza", explicó.

En el 2008 hubo una comunicación con Abuelas de Plaza de Mayo pero antes de hacerse un ADN, Domínguez decidió no someterse a ellos "hasta que ellos (sus padres de crianza) no estén".

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"Pasaron muchos años, siempre tuve la duda. Hasta que en el 2015 recibí el llamado de la Conadi. Me hablaba de irregularidades en mi partida de nacimiento y que tenían dudas de mi filiación. Yo les dije que sabía que era adoptada pero en ese momento me cayeron todas las fichas. Me dijeron de hacerme un ADN. Le conté a mis padres de la llamada y ellos me dijeron que me lo hiciera. Calculo que ellos también tenían sus dudas. Después hablé con una prima y una tía que dijo que él (Carabajal) me había traído. Yo igual pensaba que el ADN iba a dar negativo y me iba a quedar con toda esa historia", aseveró.

Meses después, mientras acompañaba al marido a un viaje de trabajo en Esquel, recibió otro llamado.

"Habíamos cruzado a Chile, cuando volvimos tenía varias llamadas de un teléfono que empezaba con 011. Mandé un mensaje y me llamaron. Una mujer, Eugenia, me cuenta que que me querían avisar que el ADN era positivo. Yo no entendía nada, me tranquilizaba, me decía que mis abuelas vivían en Mendoza, me hablaba de una conferencia. Pedí el anonimato".

El reencuentro

Días después volvió a Mendoza y se reencontró con sus padres de crianza. Allí les confirmó que era la nieta 117. Solo obtuvo un silencio. En esas primeras horas también decidió conocer a sus abuelas biológicas en una reunión privada: "Si había gente que hacía 37 o 38 años me buscaba, no podían esperar más", aseguró.

Casi al mismo tiempo, días despúes de la charla, sus padres de crianza fueron a su casa, según relató: "Mi papá se largó a llorar, me pidió perdón. Me contaron la historia, que se lo habían encontrado a él (Carabajal) un día de diciembre. Dijeron que llegué el 15 de marzo. Vino con los papeles y me asentaron en el Registro. Ellos tenían que decir que mi mamá me había tenido en la casa. En diciembre secuestraron a mis viejos y ahí todo me cerraba", explicó con la voz entrecortada.

"Yo estoy armando la tesis de mi propia vida. Vengo a que me digan la verdad", señaló, casi como un ruego de esperanza, mientras Carabajal no dejaba de anotar en su cuaderno.

Antecedentes

Los padres de Claudia Domínguez Castro son Walter Domínguez y Gladys Castro, quienes permanecen desaparecidos desde 1977. Por el caso están acusados Segundo Héctor Carabajal, ex militar y agente de inteligencia del destacamento 144, y el matrimonio al que le entregó la niña, Julio Bozzo y Antonia Reitano

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Foto: Daniel Calivares / Diario UNO
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