Un informe de una universidad puso la lupa en los datos nutricionales de los productos que están envasados

Advierten sobre engaños y mala información de los alimentos

Por UNO

Detectar en una etiqueta de un paquete de galletitas o de una sopa en polvo o un cubo de caldo qué es lo que estamos consumiendo puede volverse un desafío que pone a prueba hasta a las mentes más inteligentes. Pero no debería ser así, lo que consumimos en cada producto tendría que ser claro y comprensible para cualquiera. Para cambiar eso hay varios proyectos de ley presentados por legisladores mendocinos en ambas cámaras del Congreso. Mientras tanto, especialistas recomiendan tomarse tiempo para leer las etiquetas en la casa antes de ir a comprar.Un informe de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) alertó sobre datos erróneos en envases de galletitas. El 17% de las primeras marcas no cumple con la información nutricional que dice la etiqueta. Una de las conclusiones del estudio dijo que "ciertos alimentos especulan con la ausencia de control y otros no cumplen con la norma de rotulado obligatorio", que está establecida en el Código Alimentario Argentino.Para que las industrias den información más precisa y de fácil acceso sobre la composición de los alimentos existe un proyecto de ley en el Senado firmado por varios legisladores, entre ellos los mendocinos Anabel Fernández Sagasti (FPV) y Julio Cobos (UCR). También hay otro en la Cámara de Diputados que impulsa otra mendocina, Graciela Cousinet (Cambiemos).Para Daniel Rabino, jefe del departamento de Higiene de los Alimentos del Ministerio de Salud de la provincia, no tiene sentido una ley de rotulación. "Eso ya está reglamentado en el Código Alimentario Argentino, cualquier iniciativa que hubiera se puede canalizar a través de un pedido de modificación del código. Hay que ir por ese camino, se pueden hacer modificaciones y agregados", opinó el funcionario provincial.En cambio, Carina Barré, nutricionista y coordinadora del Programa de Salud Infantil de General Alvear, afirmó que es absolutamente importante que la información sea accesible al consumidor común. "La reglamentación de nuestro código alimentario la industria las cumple porque tienen sanciones, eso no quiere decir que el consumidor entienda", explicó la nutricionista.Señaló que las marcas usan muchas cuestiones superfluas y otras en las que no mienten pero que tampoco colaboran, como por ejemplo decir que un aceite tiene 0% grasas trans. "Te inducen a comprar este alimento que puede no ser trans, pero tiene 100% de grasas", sostuvo."En nuestro código hay muchas falencias, falta fuerza en la definición de lo que es un producto light y diet. Algo diet es así porque es adaptado a una dieta, no significa que sirve para adelgazar", explicó Barré.La diputada Cousinet dijo que en el proyecto de ley que presentó se suple una falencia del Código Alimentario como la diferenciación entre azúcares e hidratos de carbono. "Nuestro código alimentario no exige el etiquetamiento de las azúcares y ahí entra en lo que sería carbohidratos, el proyecto obligaría a eso", explicó.Atención focalizadaHasta que los cambios se produzcan, los especialistas recomiendan tener especial cuidado y prestar atención a algunos puntos claves de las etiquetas de los alimentos. "No esperés ir al supermercado con una lupa", dice la nutricionista, aunque confiesa que ella lleva una en la cartera.Barré aconseja sentarse en casa, agarrar las cosas que están en la alacena y ver lo que contienen los alimentos. "Es la única manera de ejercer el poder como consumidores. La lectura tiene que ser en la casa para tomar una decisión de conciencia, si el consumidor no lo compra, tendrán que cambiar los productos. Y si hay algo que no se entiende, que viva 'san Google', se puede buscar la información en internet", recomendó y agregó que mientras menos industrializados los productos, mejor, más sanos van a ser. "Que se acerque más la naturaleza a la boca, por ejemplo, en vez de una hamburguesa, un bife".Rabino explicó que todo rótulo debe tener dos números de ocho cifras, uno es el Registro Nacional de Establecimiento (RNE) y otro el del Registro Nacional de Productos Alimenticios (RNPA), que indican que no se trata de productos ilegales. "Hay que leer el rótulo para ver las fechas de vencimiento, y sí, es algo que nos lleva más tiempo. Hay que hacer el ejercicio y eso simplifica la tarea de compra y control", remarcó.

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