Cuando Mauricio Macri terminó el acto político en El Algarrobal, llamó por teléfono a un vecino de Las Heras y después lo visitó durante más de media hora. Fue el segundo encuentro que el líder del PRO mantiene con la familia Farés del distrito El Zapallar. El 14 de abril de 2015, el político estuvo allí ofreciéndoles sus propuestas como precandidato de las PASO.
"Puse agua a calentar y como a las 11.30 golpearon la puerta", dice Gustavo Farés (41), que tuvo la sorpresa de cebarle mates al Presidente de la Nación en el comedor de su casa, junto con su esposa, Andrea (34), y sus dos hijos, Bianca (10) y Santino (7).
"Inesperado y buen gesto de su parte. La charla fue extensa, amena y natural", resaltó el dueño del minimarket ubicado en la calle Ballofet.
Gustavo Farés es conocido en su barrio como el Flaco y comparte con Mauricio Macri tal parecido físico que cualquiera diría que son hermanos. Antes del encuentro, seguía la llegada del máximo mandatario por la televisión y nunca se le ocurrió que minutos después de que terminara la transmisión recibiría de imprevisto la visita.
"No soy macrista, militante, ni mucho menos, reconozco que lo voté esperando un cambio, cansado de muchas cosas y a sabiendas de que ni él ni nadie que llegara iba a lograr un milagro. Hablamos de todo. Me consultó sobre qué me parecían las medidas que había adoptado durante estos días de Gobierno. Le hablé de la inflación, del abuso de los precios y de la caída del consumo", contó el comerciante a Diario UNO.
"Me dijo que es un tema a solucionar que no se logra de la noche a la mañana. Me habló sobre las ganas que tiene de sacar el país adelante y de generar fuentes de trabajo. Se lo veía cansado; viene con un ritmo agitado, que se le nota. Hablamos del viaje a Davos. Me preguntó qué me parecía. Le dije que es excelente que en el mundo se vuelva a hablar de la Argentina", siguió describiendo.
Tanto para el Flaco como para el resto de los vecinos que se acercaron para averiguar si era cierto que Macri estaba en el barrio, tener al Presidente de la Argentina cerca fue una "experiencia emocionante" de la que seguirán recordando en asados y encuentros con amigos.
"Es realmente muy loco, ya que es un tipo común y corriente pero también es el Presidente de la Nación. La semana pasada estuvo con todos los presidentes del mundo y ahora estuvo en mi casa, es muy extraño, y la verdad que es todo un privilegio", destaca Farés, excitado por la experiencia después de transformarse en ídolo entre la gente de su cuadra.
"Hablamos de Boca. Le dije que cuando fue presidente del club estuve en contra y después me terminé sacando el sombrero porque llevó al equipo a lo más alto en todo sentido, y esto te lo digo como hincha. Más allá de que un equipo no es un país, creo que es un tipo inteligente y absolutamente sencillo que va a lograr que las cosas cambien para bien", dijo.
Farés también contó que su hija Bianca le regaló antes de irse un dibujo con la Casa Rosada. "Nos falta conocer a Michetti y al papa Francisco", expresó entre risas, y después describió que Macri se retiró de su casa haciendo chistes detrás del mostrador de su local y saludando y sacándose fotos con los vecinos que se acercaron a curiosear.