Dos días después, Salomón fue imputado por amenazas agravadas por el uso de un arma con infracción al artículo 205, ya que había violado el artículo 205 que impone las restricciones sanitarias por la pandemia de coronavirus.
El joven no quiso declarar sobre lo ocurrido, y por tratarse de un delito excarcelable, quedó en libertad.
Pero no es lo único que figura en su prontuario, sino que hay una denuncia por abuso sexual ocurrido en septiembre de 2015.
En ese momento, un hombre se presentó en la Comisaría de El Algarrobal, Las Heras, para denunciar que su hija de 13 años había sido violada.
Contó que la chica llegó a su casa toda golpeada y llena de tierra. Cuando su padre le preguntó que le había pasado le dijo que la habían violado. No se acordaba bien qué y cómo había pasado, pero sí recordaba quién era el agresor.
Dio características puntuales del atacante y entendieron que se trataba de Sebastián Salomón, quien era conocido en la zona. El hombre fue con su hija a la Comisaría, donde hizo la denuncia, pero al ver que los policías no salían a busar al autor, fue él por sus propios medios, lo encontró y lo llevó a esa dependencia policial.
El problema en este caso es que el acusado tenía apenas 15 años, y por su edad era inimputable, a pesar de la gravedad del hecho, por lo que quedó en libertad.
Hoy, con 20 años, Sebastián Salomón está imputado por homicidio criminis causa en concurso ideal, con homicidio agravado por ser cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género (femicidio), en concurso real con abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de armas, por el crimen de Daiana Aballay, de 24 años, lo que prevé una pena de prisión perpetua.
El hijo de Daiana es el principal testigo del femicidio de su madre, ya que estaba con ella en su casa de calle Necochea al 2.700, del barrio Espejo, cuando el domingo cerca de las 14 Salomón entró con un machete.
Ante los ataques que recibía su madre, el pequeño de 5 años se las ingenió para salir y pedir ayuda a un vecino. También avisó por teléfono lo que ocurría, para que su papá, quien tiene un remis, llegara cuanto antes.
Pero cuando el marido de Daiana llegó, ella ya estaba desmayada en la vereda de su casa. Sus últimas fuerzas las usó para preguntar dónde estaba su hijo. Mientras que Salomón escapó por los techos.
La llevaron de inmediato al Hospital Carrillo donde la estabilizaron, pero tenía graves y profundos cortes en su cabeza, en el cuello, en la espalda, y en el pecho, además de en su mano izquierda, fue derivada al Hospital Central, donde murió durante la tarde del domingo.