"Agárrese como pueda" fue estrenada este jueves en el cine Gaumont.

La película que cuenta el trasfondo de la lucha libre en Argentina

Por UNO
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La lucha libre en Argentina tiene una historia que va por detrás del show teatral de los luchadores sobre el ring, con esfuerzos individuales y colectivos, que es contada en "Agárrese como pueda", de Nicolás Bratosevich, Javier Romero y Claudio Celada, estrenada este jueves en el cine Gaumont. El filme tiene los testimonios de una gran cantidad de protagonistas, tanto actuales como históricos, como Zarquis Tchirichian, Tobias Giordano, Ruben "el ancho" Peuchele, Joe el mercenario y el Indio Comanche, entre otros, además de una gran cantidad de material de archivo audiovisual y fotográfico.

A su vez, los realizadores utilizaron un texto del filósofo Roland Barthes e intervenciones del actor y dramaturgo Pompeyo Audivert para explicar esa conexión entre el público y los actores que va más allá de la farsa que se crea en el escenario o, en este caso, en un ring de "catch as catch can" (cachacascán).

"El catch para mí es 'una expresión de los pueblos', así como lo es la murga y el circo. El catch es el costado más violento, pero para no ser expuesto así se teatraliza. Es la mezcla de un arte milenario heredado por los grecolatinos y llevado a un ring como expresión de vida", explicó Celada a la agencia Télam.

"El trabajo con el cuerpo -dijo Bratosevich-, la representación popular, el tratar de expresarse con el otro como sujeto, todo eso está en el catch, en sus trabajadores y en su rica historia, que a la vez está encapsulada en el éxito televisivo que paradójicamente hizo invisible el oficio".

A su ver, Romero señaló que "la intención fue la de rescatar el oficio artístico, sus formas representativas de la lucha entre el Bien y el Mal, sus personajes, que se vinculan con personajes sociales, y por sobre todo al público, principal actor dentro del espectáculo de la lucha, que es quien decide quién gana".

Así, se pueden ver escenas en los que los luchadores son aclamados por los chicos que rodean el ring y otros que no pueden llegar al cuadrilátero porque son abordados para ser abrazados, mientras que, en el otro extremo, están los abucheados o a los que les tiran pelotitas de papel en signo de reprobación.

Es uno de los entrevistados en la película el que explica que a veces el guión indica que él tiene que perder al pelea, pero que al escuchar al público se da cuenta que la debe ganar y, por ello la obra, que tiene bastante de improvisación, asume el cambio de rumbo.

A su vez, si bien los luchadores están preparados para esquivar los golpes, al tratarse de movimientos rápidos y fuertes, en ciertas oportunidades reciben alguna trompada, pese a lo cual, siguen con el show, mostrando el rostro a los chicos que claman desde abajo.

"El arte de esto es luchar, pegar, volar a veces con 120 kilos encima y a la vez actuar, representar un personaje, recrear en mil acciones la semántica del enfrentamiento entre el bien y el mal, donde el espectador, como en el teatro, no se pregunta si son actores o luchadores", sostuvo Bratosevich.

"Para mí, -agregó Romero- el del catch es un público que desea ver una especie de acto de justicia representado. Para eso hay un gran trabajo corporal de los luchadores, quienes tienen que demostrar de tal forma que el público lo tome como propio, se emocione, se enoje, grite de bronca o se alegre con la victoria".

Más allá de ese momento de gloria que viven sobre el ring, tanto los históricos como Peuchelle o el Indio Comanche, como los contemporáneos, como Vicente Viloni o Jeff Aaliya, debieron trabajar en oficios tan variados como la plomería o peluquería para poder vivir el día a día.

"Si bien trabajan de otras cosas, porque muy pocos pudieron vivir de la lucha, es una forma de poder salirse del lugar simple de laburante y jugarse a ser algo mas. En ese sentido me siento muy identificado, ya que me suele pasar lo mismo con el cine", señaló Romero.

"A nivel social el catch -sentenció Celada- está muy olvidado. Muy a nuestro pesar se encuentra en los suburbios y en las afueras del Gran Buenos Aires. Está vivo en la pasión de la gente, pero mientras la TV no les hace un lugar, se hace muy difícil que contemplar ese espectador. Nosotros hicimos un tiro de apuesta y les proponemos reencontrarnos".

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