En el norte de la provincia de Córdoba, Argentina, existe un pequeño pueblo con apenas 300 habitantes que parece detenido en el tiempo. Lejos de las rutas principales y de las grandes ciudades, este lugar ofrece tranquilidad absoluta y un contacto directo con la naturaleza. Sus calles tranquilas y su reducido tamaño lo convierten en un destino alejado del bullicio turístico habitual.
Lo que más destaca de este pueblo es su cielo nocturno, completamente libre de contaminación lumínica. Aquí, las noches son tan oscuras que permiten ver miles de estrellas con claridad, algo difícil de encontrar en zonas urbanas. Por eso, se ha convertido en un punto atractivo para quienes buscan experiencias relacionadas con la observación del firmamento.
El pueblo cordobés para hacer astroturismo
Este pueblo se llama Caminiaga y está ubicado en el departamento Sobremonte, a unos 175 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Se accede por la ruta provincial 21, cerca de la Ruta Nacional 9. Es una localidad típica del interior argentino, con tradiciones conservadas y un ambiente rural auténtico.
Caminiaga forma parte del antiguo Camino Real al Alto Perú, una vía histórica de la época colonial. Su paisaje incluye relieves suaves, algarrobos y un clima templado. Cerca está el Cerro Colorado, con sitios arqueológicos indígenas, lo que suma interés cultural a la visita.
Una de las principales razones para visitar Caminiaga es el astroturismo. El cielo inmenso y despejado del norte cordobés permite observar estrellas, planetas y constelaciones de manera impresionante. Hay actividades organizadas, como caminatas nocturnas o sesiones de observación guiada, que aprovechan esta oscuridad natural.
Además del cielo nocturno, el pueblo ofrece otros atractivos simples: una plaza principal, una iglesia colonial dedicada a Nuestra Señora de la Candelaria, fiestas populares y gastronomía regional. Es ideal para quienes buscan desconectar, caminar por el entorno natural o combinar la observación astronómica con un poco de historia local. Con su población pequeña y su ubicación apartada, Caminiaga sigue siendo un tesoro escondido perfecto para una escapada tranquila.






