El dólar oficial mayorista subió este jueves por segunda rueda consecutiva y volvió a despegarse de la banda inferior de los $1.100. En tanto, el dólar blue se mantuvo estable en una jornada en la que las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) se redujeron en U$S218 millones.
Con un mercado de poco movimiento, el dólar blue siguió tranquilo. Pero crecieron las cotizaciones del dólar mayorista y los financieros
Sin que haya habido intervención en el mercado cambiario, la salida de divisas fue por los pagos de deuda al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y al Banco Mundial. Pagos que llevaron las reservas del BCRA a US$38.346 millones.
En tanto, el dólar blue continuó debajo de los $1.200. Había bajado al promediar la jornada pero luego cerró estable.
Y el billete minorista del Banco Nación operó sin cambios por cuarto día consecutivo.
Por su parte, con los financieros (MEP y CCL) en alza, el segmento mayorista dio la nota: el dólar avanzó $6 (+0,53) hasta los $1.138 para la venta, con lo cual el tipo de cambio oficial pasó a terreno positivo en el balance semanal.
Los distintos tipos de dólar y la emisión monetaria
Por su parte, el dólar oficial minorista se apreció a $1.155,20 para la venta, según el promedio en entidades financieras que difunde el BCRA. En el Banco Nación el billete cerró a $1.150.
El dólar blue, por su parte, amagó con bajar y finalmente cerró a $1.168 en Mendoza, tres pesos más que en la Ciudad de Buenos Aires (CABA).
Los financieros, en tanto, cotizaron en alza: el MEP avanzó a a $1.146. Fue una mini-trepada de 0,57% ($6,47).
Por su parte, el CCL duplicó ese salto hasta ubicarse en $1.174, por lo que las brechas se ubican en el 0,7% y el 2,2%, respectivamente.
En el primer llamado de deuda de mayo, el Ministerio de Economía que conduce Luis Caputo logró un rollover de deuda del 134%, lo que implica que pudo sacar pesos del mercado y renovar lo que tenía con los privados. Y así quitarle presión al dólar.
Sin embargo, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, cortó con una serie de licitaciones en las cuales el nivel de refinanciamiento en pesos quedaba en el orden del 70% a 75%, algo que generaba polémica debido a si ello podía considerarse como emisión (NA).