Te aconsejamos consumir vitamina C (antioxidante), E (ayuda a regenerar la piel), y Omega 3 (calma la inflamación de la piel). Siempre tienes que usar protector solar, el cual debe colocarse antes de cualquier producto de belleza.
Tienes que buscar productos de maquillaje y de cuidado de la piel que tengan texturas suaves y calmantes, como por ejemplo cremas ligeras y geles frescos.
Tienes que evitar exfoliantes agresivos (con gránulos duros y grandes), perfumes o productos que tengan alcohol; no cambies los productos que usas todas las semanas (lo mejor es ser constante); el agua caliente al momento de lavarte la cara.
Es importante aclarar que, si el enrojecimiento de la piel es persistente, aparece con más frecuencia o se acompaña de otros síntomas como sequedad, hinchazón o brotes de pústulas, tendrás que realizar una consulta con un dermatólogo para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Un dermatólogo puede recetar cremas y geles tópicos, así como antibióticos orales para reducir la inflamación y controlar las pústulas. También existen alternativas como los tratamientos con láser, los cuales pueden ayudar a reducir la apariencia de los vasos sanguíneos dilatados y mejorar el enrojecimiento facial.