Trucos de belleza

Marlene Dietrich y su capricho de diva para que el cabello brillará más en las películas

Marlene Dietrich fue una actriz alemana que supo conquistar Hollywood con su belleza y talento. Estos eran sus principales trucos de belleza

Marlene Dietrich es una de las mayores exponentes del cine alemán, pero también supo triunfar en Hollywood con películas como Testigo de Cargo o El expreso de Shanghai.

Además, Dietrich es un verdadero ícono de belleza y moda en el mundo, a tal punto que Madonna la incorporó en su exitosa canción Vogue. Dietrich tenía algunos caprichos de diva al momento de prepararse para una película, y muchos de sus pedidos se dieron a conocer con el paso del tiempo.

¿Qué capricho tenía Marlene Dietrich con su pelo?

La actriz alemana era dueña de una fuerte personalidad, la cual combinaba a la perfección con su elegancia única. Siempre se dijo que era muy perfeccionista con su apariencia y que tenía algunos caprichos peculiares con su cuerpo.

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Según cuenta el libro Max Factor: The Man Who Changed the Faces of the World, la diva "insistía en que le espolvorearan oro comprimido, que costaba $60 dólares la onza, sobre las pelucas para darles un brillo especial en la pantalla".

Este detalle no sólo realzaba su apariencia, sino que también subrayaba su estatus como una de las figuras más glamurosas del cine de Hollywood en la década de los años 30, cuando se consolidó como la estrella de la pantalla grande mejor pagada en aquella época.

¿Cómo era el maquillaje de Marlene Dietrich?

Su maquillador personal trabajó específicamente su mirada, y además le rellenaron los labios para que se vea más sensual.

También se le añadió una sutil línea blanca bajo el centro de la nariz, por si la actriz tenía que hacer una escena muy plana. El maquillaje era más claro en el centro de la cara, y un poco más oscuro hacia los témpanos. Luego, usaba sombras suaves en el párpado y algo más oscuras hacia la ceja, ya que esto le permitía conseguir una mirada infinita.

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El labial de color rojo se difuminaba con las yemas de sus dedos en las zonas en las que quería fingir un rubor natural. Cada vez que tenía una escena de besos muy apasionada, su maquillador tenía que aplicar nuevamente el labial.

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