El desarraigo, el irse del país y dejar a los seres queridos es una de las cosas mas difíciles que los seres humanos se ven obligados a hacer. Muchos argentinos, desde hace años, lo viven de ese modo. Extraña el que se va, pero también los que se quedan. No importan las videollamadas, nunca es lo mismo. Por eso, cuando Jessica González volvió a su casa después de un año y medio, lo hizo sin avisar, sabiendo que las sonrisas y lágrimas de felicidad en el reencuentro serían muchas.