En otro tramo del concierto, inclusive, fue más duro aún con la actividad que mayor polémica social y política genera por estos días en Mendoza. "Afuera todas la mineras, afuera la minería. Que viva Mendoza, su educación y sus estudiantes", bajó el líder de Calle 13 a una multitud que recibió la proclama con fervor.
El recital fue una mezcla potente de consignas políticas, humanistas y lo mejor del repertorio de Calle 13. No se privó de la critica a los medios, pero fue selectivo: "Oye la crítica es buena. Es buena cuando está hecha para que uno crezca con ella. Se aprende de ella. Pero hay gente que no tiene la historia completa. En general son los programas de farándula. Ustedes no crean nada de lo que ven alli. Busquen por sus propios medios. Hay muchos periódicos, hay internet. Este tema se lo dedico a los que critican pero no para uno crezca. Se llama Ven y critícame".
En tren de ser consecuente con el compromiso hacia los derechos humanos que siempre sostiene la banda, René dedicó la canción La bala al trovador Facundo Cabral, asesinado en Guatemala, y al militante Mariano Ferreyra, ultimado por una patota del gremio ferroviario La Fraternidad, liderado por el gremialista José Pedraza. También preguntó: "¿Dónde está Luciano Arruga", otro militante social que desapareció hace tres años en la Provincia de Buenos Aires en medio de sospechas sobre la responsabilidad de la Policía Bonaerense.
El carismático cantante que conquistó a públicos diversos en distintas latitudes del mundo, tuvo un gesto de reconocimiento para el gobierno de Cristina Fernández. "El de Puerto Rico es un Gobierno arrodillado. Todo lo que es cultura lo suprime. A ver si los de acá nos ayudan a hacer algo para mi país, y los sacamos de allá a los cabrones", comparó.
Con gran respuesta de público se vivieron los momentos previos a la presentación de Calle 13 en el predio del ferrocarril, en Luján, en el evento previsto para cerrar la Fiesta de la Vendimia departamental. El predio fue desbordado por la cantidad de publico.
El recital convocó a gran cantidad de foráneos, entre los que se destacó un alto número de puntanos, riojanos y sanjuaninos, además de los argentinos. Pero también hubo banderas de Chile entre la multitud, lo que evidenció la asistencia de trasandinos.
No sólo se colmó de público el predio, sino que en las calles aledañas se debió cortar el tránsito por la gran cantidad de gente que coparon la calzada al no poder llegar hasta el corazón de la fiesta debido al imponente número de personas que se dio cita. En la multitud convivieron familias con niños, jóvenes y adultos deseosos de ver en vivo a la banda latina del momento.
La tónica social de las letras de las canciones de la banda liderada por René Pérez fue detonante de la presencia de numerosos grupos políticos de izquierda y de organizaciones no gubernamentales ligadas a la defensa del medio ambiente. El Residente no se olvidó de reivindicar al pueblo Mapuche, sobre el que dijo que "se pone de pie".
Ante la gran convocatoria, la policía reforzó la seguridad con un nutrido pelotón de Infantería que se apostó en las cercanías del escenario.
Pocos policias y mínimos incidentes
La gran cantidad de público que asistió al recital de cierre de la Vendimia de Luján protagonizó una verdadera fiesta en la que primó la buena onda y el compartamiento ejemplar. Cuando finalizaba el concierto la Policía dio cuenta sólo de cinco aprehendidos y una detención, según reportó Cecilia Osorio, periodista de UNO.
Los jefes del operativo policial se quejaron solapadamente antes de iniciarse el show porque consideraron que fue poca la cantidad de efectivos destinados a la custodia de la seguridad teniendo en cuenta la enorme cantidad de asistentes. En comparación con los partidos de fútbol más importantes que se disputan en el estadio Malvinas, hubo menos de un tercio de uniformados en Luján, mientras que el público casi duplicó al que acostumbra a poblar el estadio del Parque General San Martín en sus más gruesas convocatorias.
La salida, un laberinto
Al término del recital, la salida de la marea humana no fue sencilla, pero tampoco problemática, teniendo en cuenta la cantidad de gente que había.
La postal más pintoresca fueron los cientos de conductores que intentaban hallar una salida entre los loteos cercanos, barrios privados, semi privados y demás que rodeaban el predio. Una hora después de finalizado el show aún muchos estaban perdidos y topándose en las mismas esquinas por las que ya habían circulado.
Los vecinos miraban asombrados la escena, y muchos de ellos ayudaban a orientar a los despistados con indicaciones desde la vereda mientras se refrescaban con una cerveza.
El polvo y la luna le pusieron marco a la escena, que parecía salida de un video de Calle 13, quienes a esa hora ya rumbeaban al hotel.
Producción periodística: Gabriela Valdés y Javier Polvani