Esta mezcla de minerales coincide con las rocas de la cuenca Orcadian en Escocia, descartando la idea anterior que decía que venía de los Brecon Beacons de Gales. El profesor Richard Bevins, que participó en el estudio publicado en la revista Nature, dijo que ahora empieza la búsqueda del lugar exacto en Escocia.
El traslado de una piedra de seis toneladas desde Escocia hasta el sur de Inglaterra hace unos 4.600 años necesitó métodos muy avanzados y buena organización entre la gente. Según Chris Kirkland, otro autor del estudio, "mover una carga tan pesada por tierra habría sido muy difícil, lo que sugiere que probablemente usaron barcos por la costa británica".
El nuevo origen de la piedra del altar plantea preguntas interesantes sobre lo que podían hacer las sociedades antiguas de Gran Bretaña. El hecho de que pudieran comerciar a largas distancias muestra que estaban mejor organizados de lo que pensábamos.
Las implicaciones del origen escocés para la arqueología británica
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Este descubrimiento ahonda en la historia de Stonehenge.
Los científicos usaron técnicas modernas para analizar la piedra. Este método les permitió ver claramente que su composición es diferente a las rocas de Gales, donde antes creían que venía.
El nuevo estudio cuestiona ideas que llevaban décadas aceptadas. Los resultados de la investigación arqueológica muestran que tenemos que revisar lo que creíamos saber sobre este monumento.
Conocer el verdadero origen de la piedra abre nuevas pistas sobre cómo se relacionaban las distintas zonas de Gran Bretaña hace miles de años. El descubrimiento destaca la importancia de Stonehenge como un lugar que atraía recursos desde sitios lejanos, lo que confirma su valor ceremonial en la Inglaterra antigua.