Después del hecho, miles de usuarios se volcaron a las redes sociales para exigir que las restricciones y las multas por violarlas también se apliquen a los sacerdotes. Pese a las restricciones impuestas durante la cuarentena, el fallecido obispo griego había sido un defensor del mantenimiento de las ceremonias de comunión, en las que los fieles reciben pan y vino de una cuchara compartida.
Christos Giannoulis, un legislador de Salónica del partido de izquierda Syriza, dijo que el gobierno conservador debería haber conseguido un mayor apoyo de la Iglesia en su campaña de salud pública contra la pandemia.
En tanto, el Santo Sínodo que gobierna la Iglesia aseguró que estaba cumpliendo con las restricciones de seguridad pública y respondió a los críticos que acusaron a la Iglesia de actuar de manera irresponsable.