Cuando hablamos de los grandes pulmones del planeta Tierra, inmediatamente pensamos en el Amazonas, esa selva inmensa que parece no tener fin y que produce una parte fundamental del oxígeno que respiramos.
Pero el mundo guarda otro gigante verde, un lugar igual de vital para la vida en la Tierra, aunque menos conocido por el gran público. Esta selva nos recuerda que la naturaleza tiene muchos guardianes que mantienen el equilibrio del planeta Tierra.
Todos conocen la selva del Amazonas, pero pocos saben del segundo pulmón del planeta Tierra
El segundo pulmón del planeta Tierra, después del Amazonas, es la cuenca del Congo, en África central. Esta región alberga la segunda selva tropical más grande del mundo, extendiéndose por países como la República Democrática del Congo, Camerún, Gabón y la República del Congo.
La selva del Congo cubre aproximadamente 1,7 millones de kilómetros cuadrados, con árboles que forman un dosel casi impenetrable y bosques que han existido por millones de años, manteniendo un equilibrio climático crucial.
Como es la cuenca del Congo
- Esta región alberga miles de especies, muchas de ellas endémicas, incluyendo gorilas, elefantes de bosque, hipopótamos pigmeos y aves exóticas. Además, sus ríos y humedales sostienen ecosistemas acuáticos excepcionales que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta.
- El papel climático de la cuenca del Congo es enorme. Absorbe grandes cantidades de dióxido de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático y regulando los patrones de lluvia en África central y más allá. Sus bosques actúan como un termostato natural, manteniendo temperaturas y humedad estables, y ofreciendo refugio a millones de personas que dependen de sus recursos.
- Además, la región tiene un importante valor cultural y económico. Diversas comunidades indígenas viven en armonía con el bosque, utilizando sus recursos de manera sostenible y manteniendo tradiciones ancestrales que respetan la naturaleza.
- Aunque menos famosa que el Amazonas, la cuenca del Congo nos recuerda que el planeta tiene más de un pulmón vital. Su conservación es tan urgente como la del gigante sudamericano, porque sin estos bosques, la vida tal como la conocemos estaría en riesgo.






