El aparato es un cubo de 25 centímetros de lado que imprime con "plástico biodegradable e inofensivo", usando un proceso basado en calor.
La POP3D demora cerca de media hora para producir una sola pieza de plástico. Estas eventualmente volverán a la Tierra para ser sometidas a pruebas, incluso para compararlas con las que se imprimen en la superficie.
Las piezas impresas en el espacio pueden ser utilizadas para aplicar en las "complejas estructuras secundarias para satélites. Esto incluye la fase de diseño, donde el software coloca el material necesario para reducir la masa", señalaron desde la compañía Thales Alenia Space, la principal fabricante de satélites de Europa.
"Hay un gran potencial a lo largo de la cadena de valor, para ahorrar en costo y en masa", señaló por su parte el líder de OHB’s Engineering Services, Reinhard Schlitt, citado en el sitio de la ESA.
El proyecto fue presentado durante un taller de impresión 3D para el espacio, celebrado en Noordwijk, Holanda, al que se acercaron más de 350 expertos de toda Europa para discutir sobre el potencial de ese proceso.
La primera impresora 3D en el espacio, desarrollada de forma conjunta entre la NASA y la firma Made in Space, llegó a la EEI en septiembre, y en octubre fue probada con éxito.
Fuente: Télam