El lirio de agua, también conocido como cala, es una de las plantas más hermosas y apreciadas en el mundo de la jardinería. Esta planta es originaria del sur de África, aunque en la actualidad se encuentra extendida tanto en regiones del sur de Europa como en Australia y América.

Se trata de una planta que se cultiva como planta ornamental ya que, de hecho, se trataría de una planta tóxica en el caso de que fuera consumida por humanos o animales. Se suelen comercializar en forma de ramos de flores ya cortadas, aunque también se puede encontrar como planta entera.

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Cuidados a tener con el lirio en agua

Uno de los primeros cuidados que tenemos que tener en cuenta cuando se trata del lirio de agua o cala es que se trata de una planta de sombra. Es decir, es importante evitar la incidencia directa de la luz del sol, tanto sobre sus hojas como sobre sus flores. Lo más adecuado es un lugar con abundante luz ambiental, pero no luz solar directa. Por ejemplo, cerca de una ventana orientada de forma que no reciba los rayos solares de manera directa.

Respecto al riego, hay que decir que se trata de una planta que necesita abundante agua, por lo que se recomienda regarla al menos un par de veces al día. Es fundamental evitar que el sustrato pueda secarse, ya que es una planta que no tolera la sequía.

La temperatura ideal para el lirio de agua o alcatraz está en torno a los 20 grados centígrados. No obstante, se trata de una planta que tolera sin demasiados problemas temperaturas más bajas. Esto significa que pueden sobrevivir a las temperaturas más bajas, pero no que muestren un aspecto sano, por lo que lo mejor será asegurarse de que siempre cuentan con una temperatura cercana a esta cifra.

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Truco para cultivar lirios en agua

El truco para cultivar lirios de agua de manera exitosa radica en aprovechar su nombre y hacer honor a su hábitat natural. Para ello, se pueden cultivar directamente en agua, lo que no solo facilita su cuidado, sino que también resalta su belleza. Para hacerlo, simplemente sigue estos pasos:

  • Selecciona un jarrón adecuado: Elige un jarrón de vidrio transparente que permita ver las raíces. Esto no solo es estético, sino que también te permitirá monitorear el estado del agua y de las raíces.
  • Llena el jarrón con agua: Usa agua destilada o filtrada para evitar el cloro y otros químicos presentes en el agua del grifo que pueden dañar la planta.
  • Coloca el lirio en el agua: Asegúrate de que las raíces estén completamente sumergidas en el agua, pero que las hojas y las flores estén por encima de la superficie.
  • Cambia el agua regularmente: Para mantener el agua limpia y oxigenada, cámbiala al menos una vez por semana. Esto evitará la acumulación de bacterias y algas.
  • Añade nutrientes líquidos: Utiliza fertilizantes líquidos específicos para plantas acuáticas para asegurar que los lirios reciban todos los nutrientes necesarios para su crecimiento y floración.

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