Las últimas y persistentes lluvias en Mendoza han generado mucha preocupación por el estado de las rutas y caminos que obligan a extremar recaudos para evitar accidentes o complicaciones. Además está fresco aún el recuerdo del puente que se desplomó sobre la ruta 40 el 27 de febrero pasado, hace menos de un mes. Quienes transitan por esta arteria que une el Gran Mendoza con Tupungato han expresado el temor a que se produzcan nuevos derrumbes u otros daños que significarían un peligro importante.