- Estimula la producción de clorofila, ayudando a que las hojas sean más verdes y saludables.
- Previene la clorosis férrica, una condición que vuelve amarillas las hojas por falta de hierro.
- Mejora la resistencia general de las plantas frente a plagas y enfermedades de la tierra.
- Favorece un crecimiento vigoroso, sobre todo en especies con alta demanda de hierro.
Para obtener estos beneficios en tu jardín, los objetos que puedes usar son los clavos y tornillos oxidados, herramientas de jardín viejas, latas de hierro (sin pintura ni químicos) e incluso ruedas dentadas u otros restos de metal sin tratar.
Es bueno para la tierra colocarle objetos oxidados.jpg
Es muy importante que los objetos estén libres de pintura, grasa, barnices o restos de productos químicos que puedan dañar el suelo o la planta y en todo caso para evitar consecuencias en la fertilidad de la tierra.
Cuando encuentres o te des cuenta de que tienes este tipo de elementos y encima están por oxidarse, entonces ya sabes qué hacer. Entiérralos a pocos centímetros de profundidad, cerca de las raíces, pero sin tocarlas directamente.
Es importante que no satures la tierra con demasiado metal, especialmente en espacios pequeños y que lo acompañes con riego regular, para facilitar la oxidación continua y la liberación del hierro.
Sin embargo, hay algunas precauciones a tener en cuenta. Si bien es un método natural y económico, no debe reemplazar el abonado tradicional ni el uso de compost. Además, muchos suelos ya contienen hierro suficiente, y agregar más puede alterar el equilibrio del pH.