Durante décadas, se dedicó con esfuerzo y determinación a plantar árboles en un terreno desértico y olvidado. Gracias a su constancia y profundo amor por la naturaleza, convirtió una isla en un exuberante bosque lleno de vida. Su admirable labor le ha valido múltiples reconocimientos. Te contamos de quién se trata.
Según bosque sin fronteras, la isla de Majuli, en India, es una de las islas fluviales más grande del mundo. Sin embargo, la fuerte erosión de la que es víctima desde hace décadas, ha provocado que su tamaño se haya reducido significativamente. Es por esa razón que uno de sus habitantes, decidió evitar la desaparición de la isla y transformó el desierto en un bosque, plantando árboles por más de 40 años.
A partir de 1979, un hombre conocido como Jadav Payeng comenzó a plantar árboles en un banco de arena estéril de esta isla, transformándolo con el tiempo en un bosque denso conocido como el bosque Molai. Este bosque alberga una rica variedad de fauna, incluyendo elefantes, tigres de Bengala, rinocerontes indios, ciervos, monos y numerosas especies de aves.
La idea de plantar árboles surgió tras un hecho que lo marcó profundamente a sus 17 años. Encontró un gran número de serpientes muertas sobre la arena caliente de una isla del río Brahmaputra, en la India. Estos animales habían fallecido por el calor extremo y la falta de sombra. Este momento fue decisivo para él.
Desde 1979, Jadav Payeng ha plantado un árbol cada día y se ha encargado de combatir el desgaste forestal como resultado de las inundaciones. Cada año, durante la época de monzones, el río destruye viviendas y erosiona cientos de kilómetros de tierra. En el 2014, el cortometraje ‘Forest Man’ (El Hombre Bosque) sobre su hazaña, ganó como mejor documental en el Festival de Cine de Cannes.
Este bosque no solo representa un refugio para la vida silvestre, sino que también es un testimonio del impacto positivo que una sola persona puede tener en la restauración ecológica y la conservación del medio ambiente.