Las rosas tranquilamente podrían ser catalogadas como las reinas del jardín, en cualquiera de sus variedades. Los rosales se destacan entre todas las plantas por su hermosa flor, de las más lindas, siendo una de las preferidas de las personas y los jardineros más experimentados.
Teniendo los cuidados pertinentes, todas las personas pueden tener en el jardín de la casa un rosal que de muchas rosas.
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Los rosales son una verdadera joya del jardín, ya que embellecen a más no poder cualquier sitio donde se encuentre y son dueños de un aroma encantador.
Existen más de cien especies de rosas en todo el mundo y en Argentina, comienza a florecer a comienzos de la primavera, extendiéndose hasta finales de verano.
Con una buena poda en el frío invierno, los rosales dan sus primeras flores en septiembre, llegando a su máximo esplendor en octubre.
Pero no siempre los rosales florecen como uno espera. Si la planta de las rosas deja de florecer como solía hacerlo o simplemente se trata de una variedad que dará sus primeros pimpollos, hay una gran variedad de consejos y cuidados a seguir, para que estos den más rosas.
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Plantas: el truco que pocos conocían y que sirve para que los rosales den muchas flores
- Seleccionar el mejor lugar para que viva el rosal, para asegurar un florecimiento abundante. Los rosales necesitan luz solar (6 horas de sol al día).
- Constatar que el agua de riego drene bien en la zona del tallo, para evitar la proliferación de hongos. Sin bien el rosal tiene que tener un piso húmedo siempre, no abusar con el riego.
- A la hora de elegir un rosal a plantar, seleccionar una variedad que sea resistente a las enfermedades y plagas. Lo mejor es consultar en un vivero cuál es el ideal.
- Usar fertilizantes a base de nitrógeno, fósforo y potasio, para garantizar una floración espectacular y que el rosal sea el rey del jardín.
- Eliminar sí o sí durante la poda de invierno, todas las ramitas dañadas y hojas ancladas en la misma planta, para estimular su crecimiento y floración.
- Utilizar insecticidas y fungicidas para combatir enfermedades y plagas, presentes siempre en la etapa de la floración.
- Durante el invierno, proteger los rosales del frío, muy dañino, sobre todo la zona del tallo y las raíces.
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