La noche del 15 de octubre de 1999 no fue una más en la vida de Nicholas White. En aquel momento, el hombre tenía 34 años y trabajaba como gerente de producción en BusinessWeek, una revista de prestigio de la ciudad de Nueva York, cuando decidió bajar al lobby para fumar un cigarrillo.
Un hombre estuvo más de 40 horas atrapado en un ascensor
Al regresar, tomó el ascensor número 30, un modelo exprés que solo paraba en pisos altos. Sin embargo, entre los pisos 13 y 14, sorprendentemente se detuvo.
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41 horas de desesperación en un ascensor
Como sucede en estos casos, y confiando en que la ayuda llegaría de inmediato, Nicholas White presionó el botón de alarma y decidió esperar. No obstante, una combinación de errores mecánicos y humanos no registró la emergencia.
Viernes por la noche, el edificio estaba completamente vacío, y Nicholas no tenía celular ni reloj. A medida que pasaban los minutos, el hombre comenzó a comprender la gravedad de la situación.
Según su relato, Nicholas llevaba consigo un paquete de cigarrillos y algunos caramelos, que se convirtieron en sus únicos recursos durante horas.
La deshidratación se convirtió en su principal problema dentro del ascensor, después de una serie de intentos frustrados: gritó ayuda, orinó y golpeó las puertas sin resultados.
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Recién el domingo, después de 41 horas atrapado en el ascensor, un miembro del personal de seguridad detectó finalmente la anomalía. Sus amigos comentaron que parecía un fantasma, con la piel pálida y los ojos marcados por la fatiga.
Qué sucedió después
Lo sucedido no solo se convirtió en una recordada noticia en Estados Unidos y el mundo, sino que significó un antes y un después en la vida de Nicholas White. Según The Week, nunca volvió a trabajar en BusinessWeek y protagonizó un proceso judicial contra la administración del edificio.
Finalmente, la compensación no fue la esperada y la vida de este hombre cayó en picada. La cantidad recibida apenas superó las seis cifras, perdió su empleo, su estabilidad financiera y la relación que tenía por aquel entonces. Es decir, el incidente en el que este hombre estuvo nada menos que 41 horas atrapado en un ascensor cambió su vida para siempre.
