Hasta aquel momento, la conclusión principal del estudio científico era más una suposición popular que algo basado en datos concretos, como es este el caso.
En concreto, los fetos que escuchan música clásica presentan una mayor actividad en las áreas del cerebro vinculadas al lenguaje, la memoria y la atención, sobre todo si las sinfonías son de Mozart, Beethoven o Vivaldi.
Además, el hecho de exponer a los bebés a este tipo de música durante el embarazo puede hacer activar expresiones faciales como sonrisas y movimientos de lengua. Estos, indicadores de una respuesta neurológica altamente activa.
El estudio científico demostró también que la música clásica no solo relaja al bebé, sino también a la madre, reduciendo los niveles de estrés y ansiedad que pueden producirse en la etapa de embarazo.
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Música clásica en el embarazo: el estudio científico que confirma miles de beneficios
Por último, el estudio señala también que este hábito refuerza el vínculo entre la madre y el bebé. De hecho, los que fueron estimulados con música durante la etapa del embarazo mejoraron los patrones de sueño y la capacidad auditiva de manera considerable.
El volumen de la música en el embarazo
Si te estás preguntando por el cuándo, el cómo y el qué, presta atención. La mejor opción es ponerle música a un volumen moderado, más o menos el nivel de una conversación normal, mientras tú sigues con tu rutina diaria.
Los expertos recomiendan 65 decibelios de volumen de la música, y debes saber que no es recomendable poner los auriculares directamente en el vientre, ya que el sonido se amplificará al llegar al bebé a través del líquido amniótico y podría resultar perjudicial.