El perro, sin dudas el mejor amigo del hombre, desde siempre asombró a las personas por su excelente capacidad para recordar. Su memoria es para resaltar y logró asombrar a todo el mundo.
El perro, sin dudas el mejor amigo del hombre, desde siempre asombró a las personas por su excelente capacidad para recordar. Su memoria es para resaltar y logró asombrar a todo el mundo.
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Amorosos y afectuosos, los perros, que viven a diario con los seres humamos y viven juntos todo tipo de experiencias juntos, se destacan por su gran capacidad para recordar, en un aspecto que puede llegar a ser determinante.
Los especialistas afirman que es fundamental el afecto que el dueño le brinda a las mascotas, sobre todo en el momento del juego, porque será una esencial impresión positiva, que está relacionada a la memoria a largo plazo del can.
Los perros tienen memoria a corto y largo plazo. La primera no dura mucho y está presente algunos segundos. La memoria de largo plazo es de tipo asociativo.
Estos datos se desprenden de AniCura AB, una empresa de hospitales y clínicas para animales.
Un reflejo de la corta memoria es, por ejemplo, cuando están rompiendo un objeto en algún lugar. Ante la llegada del dueño, sueltan inmediatamente el objeto y saludan con mucha alegría.
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Pueden llegar a saber que está mal lo que hicieron, pero al tener memoria corta, no tienen el poder de retener la información de lo que hicieron recién.
Hay casos en los que se puede entrenar al perro con ejercicios repetidos, pero se estima que no pasarán más de 10 o 15 minutos y ya lo habrá olvidado.
En la memora de largo plazo entran en juego imágenes, olores y ruidos. Los perros pueden llegar a recordar a una persona toda la vida, por más que la hayan visto una sola vez.
Dependiendo como sea tu relación con el perro, ese recuerdo puede ser positivo o negativo.
El olfato es una bondad en los perros, ya que pueden asociar los olores con sentimientos y recuerdos.
La llegada del dueño a la casa, por más que se encuentre no muy cerca, será percibido por la mascota, saltando de felicidad cuando aún no haya atravesado la puerta de la casa.