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Trucos para tratar el bruxismo en casa
Como no existe un solo tipo de bruxismo, tampoco hay una sola opción de remedios caseros para abordarlo. Algunas alternativas serán más útiles en la modalidad nocturna, mientras que otras ayuda a la relajación de la mandíbula durante el día.
Los músculos que permiten la masticación son los que se contraen en exceso y provocan el bruxismo. Esto genera una presión nociva en los huesos maxilares. Si logramos la relajación de estos tejidos, habrá menos presión sobre las arcadas dentarias.
Un ejercicio sencillo consiste en colocar la lengua detrás de los dientes mientras inhalamos y exhalamos. Repetimos varias veces al día para estimular la conciencia sobre el acto. También podemos apoyar la lengua en el paladar, sin moverla, y abrir y cerrar la boca. Si queremos añadir potencia, con los dedos tiramos el mentón hacia abajo, de manera que se oponga resistencia al trabajo lingual. El mentón, además, se puede llevar hacia atrás, de manera repetida, como un estiramiento posterior a un ejercicio físico.
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Además de los ejercicios que hemos mencionado, también podemos ejecutar masajes en la cara con las manos. El principio es el mismo que el de otros tipos de masajes: lograr que las fibras musculares se relajen y no lleguen a la contractura.
Es posible iniciar delante de las orejas y bajar con los dedos, como si estiramos la piel. Si se detecta una zona con particular tensión o con nudos, hay que detenerse allí y presionar por un momento. Luego se sigue hacia abajo. Estos masajes no sirven de nada si se hacen de manera aislada. Lo ideal es que, quien padece bruxismo, los pueda realizar a diario, en diferentes momentos del día.
El calor es capaz de relajar los músculos. Se puede usar un dispositivo diseñado para tal fin, de manera que se transmita calor a la mandíbula, o hacerlo con paños calientes. Deben tomarse las precauciones necesarias para no causar quemaduras en la piel del rostro. Tanto las almohadillas comerciales como los paños caseros no pueden estar a tan alta temperatura.
El calor debería aplicarse a ambos lados del rostro, sobre los músculos de la mandíbula. Una opción es hacer esta terapia antes de dormir, por las noches, y otra es planear momentos específicos durante el día.